"La reacción del mercado de valores y el monetario al nuevo paquete de sanciones de EEUU fue muy emocional, con una caída de las cotizaciones bursátiles que, lógicamente, repercutió en los indicadores de empresas rusas", señaló Medvédev al reunirse con los miembros de la comisión gubernamental para la sustitución de las importaciones.
"Las sanciones económicas, aún siendo un instrumento de presión política, afectan a la larga a las personas ordinarias. Se exponen al golpe las empresas estratégicas, pilares del sistema, de cuyo funcionamiento exitoso dependen decenas de miles de personas, a veces, ciudades monoindustriales y presupuestos de centros regionales", apuntó Medvédev.
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El jefe del Gobierno afirmó que "las medidas de apoyo no estarán orientadas a compensar las pérdidas de los propietarios como se alude a veces, aunque también es algo a tener en consideración, sino en primer término a preservar la producción, salvaguardar los empleos", máxime que las empresas en cuestión son exitosas tanto en el mercado nacional como fuera de Rusia.
El 6 de abril, EEUU extendió sus restricciones financieras a 38 individuos y entidades rusas, entre ellas la exportadora rusa de armas Rosoboronexport, el gigante del aluminio Rusal, los conglomerados industriales Russian Machines, Basic Element, la empresa automotriz GAZ y otras.
Bajo jurisdicción estadounidense, los activos de estas personas y empresas quedan embargados y las transacciones financieras con ellas, prohibidas.