Los militares realizaron prácticas de tiro con morteros Sani, calibre 120 milímetros.
Durante los ejercicios los artilleros impactaron más de 80 objetivos que imitaban equipos blindados ligeros y fuerzas vivas a distancias de hasta 7.000 metros.
"Se dedicó especial atención al tiro contra objetivos no visibles, escondidos tras elevaciones del terreno", señaló Astáfiev.
El tiro en zonas montañosas se distingue por la necesidad de considerar datos adicionales para establecer los parámetros del disparo, tales como la presión atmosférica, la altura del objetivo respecto a la pieza de artillería y la complejidad de la determinación de los datos topográficos y geodésicos.