"Todo saldrá bien", dijo Lula a una mujer que lo abrazó llorando en la sede del Sindicato de los Trabajadores Metalúrgicos de São Bernardo do Campo, en el sureño estado de Sao Paulo, donde desde la noche del 5 de abril se concentran miles de personas.
Lula, visiblemente emocionado, intentó tranquilizar a sus seguidores, muchos de los cuales no podían contener las lágrimas.
"Estate tranquila, venceremos esta batalla", le dijo a otra mujer, mientras agradecía las palabras de cariño de un grupo de jóvenes negros que habían acabado de licenciarse en medicina: "Ha sido gracias a ti, Lula", le decían.
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En sus escasas palabras el líder izquierdista insistió en su inocencia: "Quiero probar que son ellos los que están cometiendo un crimen, estoy muy tranquilo", remarcó.
El juez de la Operación Lava Jato, Sérgio Moro, le ordenó el jueves 5 de abril que se presente ante la Policía Federal de Curitiba (sur) antes de las 17:00 hora local de este 6 de abril (20:00 GMT) para empezar a cumplir la condena.
Es poco probable que Lula se desplace a Curitiba, que se encuentra a 400 kilómetros de Sao Bernardo do Campo, pero el exmandatario también podría entregarse en una de las dos comisarías que la Policía Federal tiene en Sao Paulo.