Según indicó Clark, el Kosmos 2521 comenzó a moverse a mediados de marzo y la distancia entre ambos aparatos se ha modificado varias veces durante ese período, cambiando la trayectoria.
Clark afirma que los cambios de la distancia entre los aparatos rusos significan que Rusia ha conseguido obtener una herramienta capaz no solo de vigilar a los otros satélites, sino también interceptarlos y destruir los elementos de los grupos satelitales de otros países. De ahí que el experto calificara a Kosmos de "satélites asesinos".
"Semejantes satélites asesinos deben convertirse en el futuro en un elemento clave de la unidad orbital rusa y van a desempeñar un papel disuasorio en la carrera militar en el ámbito espacial": esas fueron las palabras de Clark al medio Hand of Moscow.
Estas declaraciones alarmistas tienen poca base real, asegura el coronel y director de la revista Arsenal Otechestva, Víktor Murajovski.
Según Murajovski, estas preocupaciones entre los generales estadounidenses por los últimos movimientos de satélites rusos provienen de la falta de información sobre las verdaderas tareas de los aparatos rusos. El satélite Kosmos 2521 es la respuesta tecnológica de Rusia a la carrera de armamento espacial que Estados Unidos está a punto de lanzar.
Los satélites militares pueden maniobrar en el espacio, acercarse a los satélites enemigos y llevar a cabo tareas de reconocimiento. Así Rusia podría llegar a saber cuándo se realizará un ataque y también sobre el reagrupamiento de las FFAA de otros países.
"EEUU entiende esto, de ahí surgen los temores", concluyó.
En octubre del 2017, las Fuerzas Aeroespaciales de Rusia pusieron a prueba este satélite militar. Durante los ejercicios, los especialistas militares rusos examinaron los sistemas de comunicación y el 'software' de la sonda.
El satélite puede separarse de su plataforma de modo automático, ser controlado a distancia y conectarse al equipo de a bordo.