El 16 de marzo, Washington impuso sanciones contra otras cinco instituciones y 19 ciudadanos de Rusia por la supuesta interferencia en las elecciones presidenciales de 2016 pese a que el comité del Congreso concluyera el 12 de marzo tras un año de investigaciones que no halló evidencias.
El diplomático recalcó que las medidas son una respuesta a la "política obstinada de Estados Unidos y su incapacidad de entender la realidad".
"Rusia se reserva el derecho de adoptar otras medidas que se ajusten a sus intereses nacionales", subrayó.
Riabkov remarcó que a Moscú no le temblará la mano ante las jugarretas de sus adversarios al otro lado del Atlántico.
"Al destruir las relaciones ruso-estadounidenses esos políticos juegan con fuego ya que al mismo tiempo socavan la estabilidad global", sostuvo.
No obstante, enfatizó Riabkov, Rusia deja la puerta abierta al diálogo con Estados Unidos para normalizar las relaciones.
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Desde Moscú denunciaron que con su nuevo paquete de sanciones unilaterales la Casa Blanca busca interferir en las elecciones presidenciales que se celebran en Rusia el domingo 18 de marzo.