"Me parece que esa historia (el caso de Skripal) refleja, ante todo, que el Gobierno de Reino Unido se encuentra en un atolladero, sobre todo porque no puede cumplir todas las promesas que dio a su población en relación con su salida de la UE", dijo el canciller ruso.
El 4 de marzo, Serguéi Skripal y su hija Yulia fueron hallados inconscientes en el banco de un parque en las cercanías de un centro comercial en la ciudad británica de Salisbury.
Ambos continúan en estado crítico y están siendo tratados por una posible exposición a una sustancia de acción neuroparalizante.
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Skripal fue reclutado por el servicio secreto británico MI6 cuando servía en las Fuerzas Armadas rusas en los años 1990.
Reino Unido acogió a Skripal y le concedió la ciudadanía británica, según confirmó Scotland Yard.
El miércoles 14 de marzo, la primera ministra británica, Theresa May, responsabilizó a Moscú de lo ocurrido en Salisbury y anunció, como represalia, la expulsión de 23 diplomáticos rusos y la cancelación de todos los contactos de alto nivel entre ambos países.