Poco antes la política acusó directamente a Rusia de estar implicada en el envenenamiento de Serguéi Skripal y de su hija Yulia, hecho que Moscú rechaza, tachando esas acusaciones de infundadas.
"Elaboraremos urgentemente propuestas referentes a la nueva legislación, para elevar nuestra seguridad contra cualquier tipo de acciones hostiles de otros Estados", dijo May al intervenir en el Parlamento británico.
"Actualmente eso está permitido solo en el caso de sospechosos de actividad terrorista", precisó la primer ministra, agregando que pidió al Ministerio del Interior desarrollar nuevos mecanismos para poder combatir la labor de los servicios secretos de otros países en el territorio del Reino Unido.
Diez días antes, el 4 de marzo, la Policía británica encontró a Serguéi Skripal y su hija Yulia inconscientes cerca de un centro comercial en Salisbury, en el condado de Wiltshire.
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Skripal fue reclutado por la agencia británica MI6 cuando servía en el Ejército ruso en los años 90.
En 2006 una corte rusa lo condenó a 13 años de cárcel por espiar a favor de un Estado extranjero y cuatro años después fue canjeado junto con otros dos individuos condenados por espionaje por 10 personas detenidas en Estados Unidos.