El 12 de marzo, la primera ministra británica, Theresa May, afirmó que era altamente probable que Moscú esté detrás del envenenamiento del exagente británico Serguéi Skripal con una supuesta sustancia nerviosa en el norte de Inglaterra, y le dio a Moscú un plazo hasta el miércoles 14 para presentar una explicación.
"Rusia no teme nada y Londres y las otras capitales occidentales deberían de haberse convencido de esto", dijo Chizhov en una entrevista a la cadena televisiva Euronews.
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Skripal fue reclutado por la agencia británica de espionaje MI6 cuando servía en el Ejército ruso en los años 1990.
En 2006 una corte rusa le condenó a 13 años de cárcel por espiar a favor de un Estado extranjero.
Cuatro años después fue canjeado junto con otros dos individuos condenados por espionaje por diez personas detenidas en Estados Unidos.
Reino Unido acogió a Skripal y le concedió la ciudadanía británica, según lo confirmó la Scotland Yard.
El diplomático instó a Reino Unido a cumplir los protocolos de la Convención para la Prohibición de las Armas Químicas.
Según este acuerdo, los británicos están obligados a entregar datos objetivos y muestras de la supuesta sustancia tóxica al país del que se sospecha.
"Rusia hubiera respondido a estas sospechas en diez días (…) Pero en vez de esto Londres optó por el lenguaje de los ultimátums", subrayó Chizhov.
Desde la Cámara baja rusa responsabilizaron del suceso al Reino Unido.
Viacheslav Volodin, presidente del Legislativo ruso, dijo que era evidente la responsabilidad de las autoridades británicas y recordó los casos de Alexandr Litvinenko y el magnate Borís Berezovski, otros dos rusos huidos que murieron en Reino Unido en circunstancias misteriosas.