La víctima, Paulo Sérgio Almeida Nascimento, era uno de los líderes de la Asociación de Caboclos, Indígenas y Quilombolas de la Amazonía (Caniquiama) y según su abogado, Ismael Moraes, habría "relaciones evidentes" entre la empresa y su asesinato.
"Los mismos policías que se encargaban de la seguridad privada de Hydro fueron los que invadieron la sede de la asociación; pensamos que las relaciones son evidentes, Paulo Sergio no tenía ningún enemigo, la única entidad que era su enemiga era Hydro", criticó, recoge el diario O Globo.
La empresa noruega informó a través de un comunicado que "condena firmemente cualquier acción de esa naturaleza y repudia cualquier tipo de asociación entre sus actividades y acciones contra vecinos y comunidades de Barcarena".
En enero de este año la Justicia Militar pidió a la Secretaría de Seguridad Pública del estado de Pará que protegiera a los miembros de la asociación Caniquiama, que estarían siendo amenazados y perseguidos, pero la protección no se hizo efectiva.
La polémica en torno a las actividades de Hydro en Pará es antigua, dado que entidades ecologistas y vecinos denuncian desde hace años numerosos delitos ambientales e infracciones que nunca son subsanadas ni castigadas por las autoridades de la región, según recoge la prensa local.
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La situación empeoró notablemente desde mediados del pasado mes de febrero, cuando las fuertes lluvias provocaron el desborde de los residuos de las balsas mineras, que contaminaron ríos, acuíferos y terrenos cercanos a zonas residenciales.
Según un estudio del Instituto Evandro Chagas los índices de socio, nitrato, plomo y aluminio en las áreas contaminadas están por encima de lo permitido y el PH está en un nivel extremadamente abrasivo y nocivo para los seres vivos.