Esa versión de los hechos fue presentada poco antes por el canciller Boris Johnson, que catalogó el caso de "eco del asesinato de Alexander Litvinenko" en Londres en 2006, durante un debate en el Parlamento, que se centró en la posible intoxicación con "una sustancia desconocida" del también exespía ruso, al que Londres protegía desde 2010.
"Las palabras de Johnson las catalogo como inaceptables en la situación actual, cuando incluso la Policía británica no se atreve a ver lo ocurrido como un atentado", dijo el jefe del comité para asuntos internacionales del Consejo de la Federación (Senado) de Rusia.
El senador llamó a la legislación de Reino Unido a restringir los límites de lo que pueden permitirse los políticos nacionales.
El 4 de marzo la Policía británica encontró a dos personas —un hombre de 66 años y una mujer de 33 años— inconscientes en un banco cercano a un centro comercial en Salisbury, en el condado de Wiltshire.
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Ambos no mostraban heridas visibles y fueron hospitalizados por una supuesta exposición a una substancia desconocida, su estado actual es de gravedad.
El canciller británico confirmó a los medios que se trata del excoronel del GRU Skripal y su hija.
El coronel del GRU fue condenado en 2006 en un tribunal de Moscú a 13 años de cárcel.
En 2010 fue indultado por el presidente ruso y canjeado junto con otros dos condenados por espionaje por diez personas detenidas en EEUU.
El Kremlin declaró que no tiene información alguna al respecto, pero subrayó que "Moscú siempre está abierta a colaborar" con la investigación para establecer las causas de este suceso.