"El diálogo entra en un receso indefinido (…) el presidente Nicolás Maduro, me ha expresado su deseo de seguir dialogando", expresó el mandatario en conferencia de prensa.
En este acuerdo se planteó además de la ampliación de la observación electoral en los comicios presidenciales se realizarían el próximo 22 de abril.
"Se discutía de parte de la oposición que las elecciones fueran el 10 de julio, y el Gobierno planteaba que fueran el 8 de marzo, buscamos un punto medio y el Gobierno fue subiendo y la oposición bajando, y en el día de ayer (martes) se había llegado al acuerdo de que fueran el 22 de abril", expuso.
Además, destacó que el propósito de la visita del martes a República Dominicana era firmar un acuerdo definitivo, pero la oposición "no entendió que estaba obligada a firmar ese acuerdo" y, explicó, pidió tiempo para ver el documento en el que se había trabajado durante todas las reuniones anteriores.
La oposición pidió que no se cierren las puertas del diálogo, dijo Medina.
"Lamentablemente esta vez no pudimos llegar a un acuerdo, pero tenemos la esperanza de que las partes puedan encontrarse en Caracas y puedan tener un acercamiento que permita sentarse y sacar un documento definitivo", señaló el mandatario a la prensa.
Medina indicó además que los acompañantes del proceso no son "magos" e hicieron todo lo que estuvo en sus manos por la procura de un acuerdo entre las partes.
Escucha: Venezuela: negociaciones sin acuerdo entre Gobierno y oposición
Este proceso de diálogo inició el pasado primero de diciembre de 2017, con el acompañamiento de Chile y México por parte de la oposición y Nicaragua, Bolivia y San Vicente y las Granadinas por parte del Gobierno.
Sin embargo, en previo a las reuniones que se celebraron entre el 29 y el 31 de enero, el canciller de México, Luis Videgaray, se levantó de la mesa y el de Chile señaló que su participación estaba en duda.
Previamente, la delegación opositora se había negado a acudir a algunas reuniones alegando que las condiciones del diálogo no estaban dadas.
El proceso de negociaciones comenzó en Santo Domingo, impulsado por el presidente Nicolás Maduro, luego de tres meses de intensas protestas en su contra que dejaron 146 muertos, entre manifestantes, transeúntes y funcionarios de seguridad.
El país sudamericano atraviesa una fuerte crisis económica y social, a raíz de la caída de los precios del crudo, y las sanciones impuestas por Canadá, Estados Unidos y la Unión Europea, que complican el financiamiento de la deuda del país caribeño, cuyos ingresos dependen en 96% del crudo.