Son trece los felinos nacidos desde 2012, pero solo cuatro permanecen con vida en estos momentos, informa la cadena SVT. Los cachorros han sido ampliamente utilizados por el zoológico en su campaña publicitaria, pero luego, al crecer, son sacrificados en silencio a pesar de estar totalmente saludables.
El director del parque defiende esta acción por la falta de espacio de la que disponen. Aunque se trata de crías, pronto empiezan a desarrollar carácter de jóvenes adultos, mostrando su potencial de ser violentos. La falta de espacio solo empeora la situación y estos agresivos felinos comienzan a pelear entre sí.
"Resulta difícil de explicar, pero es cierto que no podemos mantener a determinados animales en nuestro zoo", justifica esta difícil decisión el director del zoo, Bo Kjellson.
Kjellson señala que mientras son cachorros la administración del zoológico intenta encontrarles un nuevo hogar. Solo dos de los 'sobrantes' han sido reubicados en un zoológico del Reino Unido.
Lea también: Avaricia humana sin límites: cazadores furtivos matan a un rinoceronte en zoo de Francia
Helena Pedersen, activista por los derechos de los animales citada por SVT, sostiene que esta es una práctica lamentable, pero que acompaña el trabajo de cada zoológico. Lo cínico de la situación, apunta, es que el parque de Boras haya usado a los cachorros para hacerse publicidad y luego se haya desecho de ellos como si fueran un trapo sucio.