En noviembre de 2017, Vorontsov —miembro de la comisión intergubernamental ruso-norcoreana para la cooperación económica y científica— tuvo la oportunidad de escuchar en primera persona lo que los diplomáticos norcoreanos piensan sobre la posibilidad de una guerra con EEUU.
Además, los diplomáticos mostraron cierta preocupación de que Estados Unidos ya hubiera comenzado a prepararse para una guerra preventiva sin que se enteraran sus aliados surcoreanos. De todas maneras, Pyongyang toma con seriedad el posible enfrentamiento militar.
El profesor de la Academia de Ciencias Rusa subraya que la RPDC —las siglas oficiales de Corea del Norte— no está dispuesta a dar el primer paso hacia congelación de ensayos, ya que pretende que otros países respeten su soberanía incondicionalmente.
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Los funcionarios señalaron que la posición geográfica del país no permitiría que EEUU agrupara su fuerza de ataque de forma gradual y metódica sin que Pyongyang se diera cuenta de eso y lo interpretara como casus belli.
Por ello, consideran que el Pentágono está preparándose para una operación militar 'relámpago'.
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Los recientes ensayos militares de magnitud sin precedentes —el simulacro conjunto Vigilant Ace— causan preocupación de que la hora del enfrentamiento militar "ya está por llegar".
Al fin y al cabo, los diplomáticos confirmaron que el país pretendía alcanzar "una paridad nuclear" con Estados Unidos. Sin embargo, Pyongyang no tiene motivos para utilizar sus armas en una agresión contra Washington, comprendiendo bien que un ataque por su parte acabará con la eliminación total de su país.
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Corea del Norte desarrolla su industria militar "para asegurar su sobrevivencia", y cree que al alcanzar un tipo de "paridad nuclear asimétrica" con EEUU, se podrá entablar un diálogo con Washington para llegar a algún consenso, según concluye Vorontsov.