"Esta guerra no podría ser comparada con las de Irak o de Siria. La región [de la cuenca del Pacífico] se distingue por su alta concentración de población. Si se desencadenara un conflicto armado contra Corea del Norte —y lo más probable es que se desarrollara con el uso de armas de destrucción masiva—, no solo el país juche sufriría daños, sino también Corea del Sur, Japón, China, o incluso una parte de Rusia; es posible que el mismo Estados Unidos se vea afectado", declaró el experto.
"Estados Unidos está perdiendo su influencia y su hegemonía en el mundo, y esto se realiza a un ritmo catastrófico para los estadounidenses. EEUU hace este tipo de declaraciones y podrían empezar este conflicto para intimidar al resto del mundo, infundir miedo y alertar de que está dispuesto a defender su hegemonía de todas las maneras posibles", añadió el analista.
Washington es el primer interesado en la escalada del conflicto, de ahí que hoy en día alimente la posible guerra de manera activa. En caso de que las dos Coreas se unan, esto resultaría en la creación de una nueva potencia en la región, que combinaría el poderío militar de Corea del Norte y el potencial tecnológico de Corea del Sur, puso de relieve Blojin.
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"Luego, el nuevo Estado evaluaría si es necesaria la presencia estadounidense en su territorio. Estados Unidos evidentemente no está interesado en esto", concluyó el especialista.