"El 57% está a favor, el 39% en contra, un 1% se declaró indiferente y el 3%o restante no supo responder", señala el sondeo.
El nivel de apoyo a aplicar la máxima pena aumentó en los últimos años, dado que en 2008, la última vez que el instituto realizó una encuesta sobre el tema, el 47% de los encuestados estaba a favor.
La pena de muerte no se aplica en Brasil, pero está prevista en el artículo quinto de la Constitución en un contexto de guerra declarada.
En 2015 dos brasileños fueron condenados a pena de muerte en Indonesia por delitos relacionados con tráfico de drogas: Marco Archer y Rodrigo Gularte.
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Su muerte, que se produjo tras reiteradas peticiones de clemencia por parte del Gobierno brasileño, provocó un conflicto diplomático entre ambos países.