En las imágenes grabadas desde el lugar de los hechos se ve que los policías tratan con violencia a los manifestantes, sin distinguir si se trata de un niño o un sacerdote.
Así, los agentes de la fuerza pública empujan con fuerza a un hombre con un niño pequeño.
Según informa un corresponsal de Sputnik Moldavia, el sacerdote en el video también participaba en una marcha contra la propaganda LGBT* y a favor de los valores familiares tradicionales.
Las imágenes muestran cómo arrancaron a un niño de las manos de su padre, haciéndole caer de cabeza sobre la acera.
Reportan, que la marcha en defensa de la familia tradicional reúne hasta 10.000 personas en Chisináu.
"La Policía moldava empleó una fuerza física brutal contra ciudadanos que expresaban pacíficamente su oposición a una marcha de partidarios de LGBT* en el centro de la capital", denunció la dirigente del partido Renacimiento, Natalia Parasca.
Si en un país las fuerzas del orden no obedecen a la ley, sino a órdenes políticas, ya no es una democracia, sino "una dictadura bajo una bandera arco iris", agregó.
"[La Policía], ¿a quién protege? (...) Lo principal para ellos es cumplir la orden de [la presidenta] Sandu, que, a instancias de Bruselas, exige que el desfile se celebre a cualquier precio. Aunque ello suponga pisotear los valores familiares cristianos", cerró.
En los últimos años, las autoridades de esta ex república soviética, con una población predominantemente cristiana ortodoxa, han seguido una política consecuente de integración en la Unión Europea.
A pesar de la resistencia de una parte importante de la sociedad que conserva lazos de amistad con Rusia, las políticas actuales del liderazgo moldavo se centran en distanciarse de Moscú y hasta incorporarse a la vecina Rumanía, país con el que comparte idioma. En el marco de estas actuaciones, se reprimen los movimientos de oposición, cuyos líderes, como Evghenia Gutul, son objeto de persecución, y las elecciones en el país se celebran en condiciones ambiguas y poco transparentes.
En abril pasado, Moldavia ya se convirtió en el centro de atención de los medios de comunicación cuando las autoridades de este país impidieron que el arzobispo Marchel Mihaescu, perteneciente a la Iglesia ortodoxa moldava, viajara a Jerusalén para recoger el Fuego Santo.
*prohibida en Rusia por extremista
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