A comienzos de junio quedó al descubierto un nuevo frente del Gobierno británico contra Rusia, después de que la Fiscalía General rusa informara que la organización británica British Council
había pasado a ser indeseable en el territorio ruso.
De acuerdo con el Servicio Federal de Seguridad de Rusia (FSB, por sus siglas en ruso), la entidad, que opera en varios países difundiendo la cultura, la educación y la política británicas, recopilaba información sobre las condiciones de desarrollo de la operación militar especial de Rusia.
El FSB también destacó que la organización es utilizada directamente por los servicios de inteligencia británicos para desacreditar el curso político de Rusia y recomendó a los países amigos que prohíban la actividad de la organización en sus territorios.
En una entrevista con Sputnik, el especialista militar brasileño de la Escuela de Comando y Estado Mayor del Ejército, Pedro Martins, recordó que no es la primera vez que un país utiliza instituciones educativas y culturales como vector de poder blando e instrumento político.
Su compatriota, el analista internacional e historiador Joao Claudio Pitillo, también recordó el historial latinoamericano de décadas de intervención imperialista de organismos y multinacionales. En su opinión, estas organizaciones no promueven la cultura y la ciencia, sino que "son en realidad instrumentos de reclutamiento y sabotaje".
En el caso del episodio que involucra al British Council, el mencionado desenmascaramiento de espionaje por parte de la entidad pone en jaque la reputación de la misma y de otras organizaciones similares que se habían ganado el respeto y la confianza de varias naciones a lo largo de décadas.
Pitillo subrayó que, tras haberse expuesto estas prácticas inapropiadas, la institución se vería obligada a actuar con extrema precaución en otros países, donde sin duda enfrentaría un escrutinio mucho más riguroso.
El analista también señaló que este episodio reafirma una vez más el papel que Londres ha desempeñado en los últimos años como importante defensor del
resurgimiento de neonazismo en Ucrania y como responsable directo de que Kiev no aceptara la propuesta rusa de paz en 2022.
"Ucrania se ha visto sumergida en esta guerra fratricida gracias principalmente a Inglaterra. Londres lleva mucho tiempo socavando las condiciones que se crearon tras la desintegración de la Unión Soviética y que parecían prometedoras, pero Londres nunca las aprovechó", concluyó.