Los aranceles de Trump ya se cobran a la primera víctima de la industria de aviación estadounidense

El fabricante, con sede en Pittsburgh, declaró oficialmente fuerza mayor. Este mecanismo legal permite a la empresa suspender temporalmente sus obligaciones contractuales si los nuevos aranceles afectan significativamente a sus costos de producción.

Howmet Aerospace ocupa una posición importante en la industria aeronáutica, con un valor de 150.000 millones de dólares. La empresa está especializada en la producción de componentes metálicos de precisión, entre los cuales destacan componentes de trenes de aterrizaje y álabes de turbina resistentes al calor para algunos de los motores turbofán más extendidos, incluidos el CFM56, el LEAP y el GE90.

Por el momento no está previsto un cese completo de los envíos. La declaración de fuerza mayor tiene carácter preventivo y da a la empresa el derecho de renegociar los contratos en caso de aumento significativo de los costos. Howmet ya ha iniciado negociaciones con los clientes sobre una posible distribución de los costos adicionales causados por los cambios de aranceles.

Sin embargo, los expertos expresan dudas sobre la validez legal de su postura, ya que los aranceles han sido discutidos desde 2023 y no pueden considerarse circunstancias imprevistas, un requisito clave para invocar la fuerza mayor.

Pese a estas incertidumbres, la amenaza de interrupción del suministro añade presión sobre los fabricantes de aeronaves, quienes ya están retrasados en sus programas de producción debido a las disrupciones globales en la cadena de suministro. Además, la industria operaba bajo un tratado de 1979 que eliminaba aranceles en productos aeroespaciales entre EEUU, Canadá y la UE, pero los nuevos impuestos han roto este acuerdo.

En paralelo, los conflictos contractuales se intensifican: Airbus y Boeing podrían verse obligados a absorber los costos adicionales, mientras que aerolíneas como Ryanair presionan para que los constructores asuman la carga. Howmet, por su parte, busca transferir los costos a sus clientes, mientras que Airbus y Boeing argumentan que los aranceles no califican como fuerza mayor.

Finalmente, el impacto global de esta medida es significativo. Motores y repuestos cruzan fronteras múltiples veces para mantenimiento y reparación, lo que multiplica el efecto de los aranceles. Además, las empresas arrendadoras, que representan el 50% de la flota mundial, también están analizando cómo repercutirán estos costos en sus operaciones.