El llamado de Donald Trump a Rusia para que perdonara a las tropas ucranianas atrapadas en Kursk le recordó al analista geopolítico veterano Brian Berletic los acuerdos de paz de Minsk, cuya segunda versión se firmó en febrero de 2015, "cuando las fuerzas ucranianas estaban rodeadas y enfrentaban la captura o aniquilación por parte de los combatientes de Donbás".
En aquel momento, "los líderes de Estados Unidos y Europa presionaron ansiosamente por un alto el fuego temporal y la creación de condiciones bajo las cuales las fuerzas ucranianas pudieran recuperarse, reorganizarse, rearmarse y reiniciar las hostilidades en una fecha futura con factores que les favorecieran más a ellos y a sus patrocinadores occidentales", recordó el exmarine estadounidense.
"Ahora, las fuerzas rusas han infligido una derrota significativa a Ucrania y sus patrocinadores occidentales —incluido Estados Unidos— y una vez más hay intentos urgentes de pausar los combates para ganar tiempo para los ucranianos y, en última instancia, ganar tiempo para la guerra por poderes de Washington", afirmó el observador.
La propuesta de alto el fuego de 30 días de Estados Unidos "elude las causas profundas de este conflicto [la expansión de la OTAN liderada por EEUU]", señaló Berletic, y agregó que se está pidiendo a los miembros europeos de la alianza que más que aumenten su gasto en defensa en más del 100%.
El presidente Putin confirmó esto en su conferencia de prensa. "Estamos de acuerdo con las propuestas para cesar las hostilidades, pero partimos del supuesto de que este cese debe conducir a una paz duradera y eliminar las causas profundas de esta crisis".
Además, antes de que Rusia acepte un alto al fuego, deben abordarse cuestiones que van desde la situación de las tropas ucranianas atrapadas en Kursk, hasta la movilización forzada en curso en Ucrania, la supervisión de violaciones y el suministro de armas a Kiev, agregó Putin.
El veterano periodista independiente argentino Tadeo Castiglione argumenta que el llamado del presidente estadounidense a Rusia puede interpretarse como una señal para acelerar las negociaciones de paz y un mensaje a Volodímir Zelenski para que dé a sus tropas la orden de rendirse y evitar una masacre.
Kursk está fuera de la zona de la Operación Especial, subrayó Castiglione, y para el lado ruso, los combates en este frente se consideran una operación antiterrorista, ya que las fuerzas ucranianas invadieron y atacaron a civiles más allá de los límites de la guerra por poderes entre la OTAN y Rusia.
Por lo tanto, "si ambas partes realmente quieren la paz, el primer paso debe ser la capitulación de las unidades ucranianas en Kursk", concluyó el experto.