La concentración se produce en momentos en que Bolsonaro enfrenta un proceso penal por haber orquestado un presunto intento de golpe de Estado contra el Gobierno del presidente Luiz Inácio Lula de Silva el 8 de enero de 2023.
En su discurso, Bolsonaro, quien gobernó Brasil entre 2019 y 2022, reiteró que piensa ser candidato en las elecciones presidenciales de 2026 y que, si la Justicia se lo impide, es porque "no hay democracia en Brasil".
Bolsonaro fue condenado por la Justicia electoral por los delitos de abuso de poder en la campaña electoral de 2022 y no puede presentarse a unas elecciones hasta 2030.
Además, acaba de ser denunciado por la Fiscalía por presuntamente haber liderado el intento de golpe de Estado de enero de 2023, y podría ser juzgado y eventualmente condenado este mismo año.
A pesar de sus problemas judiciales, el líder de la oposición brasileña advirtió que piensa seguir siendo un acto principal en la política del país: "Voy a ser un problema para ellos, preso o muerto; pero dejo encendida la llama de la esperanza, de la liberación de nuestro pueblo, al final, Brasil es un país fantástico", dijo.
En referencia a la reciente denuncia de la Fiscalía relacionada con el intento golpista, Bolsonaro aseguró que está siendo perseguido y dio a entender que espera una condena de bastantes años porque personas anónimas que estuvieron en los altercados de Brasilia fueron condenadas a hasta 17 años de cárcel.
El principal objetivo de la protesta de este 16 de marzo era presionar al Congreso Nacional para que lleve a votación el proyecto de ley que amnistía a los condenados por el 8 de enero de 2023, cuando miles de bolsonaristas invadieron las sedes de los tres poderes en Brasilia, una semana después de que arrancara el Gobierno de Lula da Silva.
El ataque de carácter golpista derivó en denuncias contra 1.682 involucrados; hasta principios de este año ya hay 375 condenados, con penas que varían entre uno y 17 años de cárcel.
Los delitos por los que Bolsonaro está acusado son graves e incluyen, además del intento de golpe de Estado, el intento de abolición del Estado democrático de derecho y pertenencia a organización criminal armada; sumadas, las penas máximas de los delitos de los que está acusado suman casi 40 años de cárcel.
El próximo 25 de marzo los jueces del Supremo de Brasil deliberarán sobre la denuncia contra Bolsonaro y decidirán si le imputan, el primer paso para un eventual juicio.