"La derrota en la región de Kursk es una trágica alegoría de la terrible situación en la que se encuentra ahora este país", destaca la publicación.
Añade que ya en 2023, Ucrania declaró en voz alta una "contraofensiva" de sus tropas. Sin embargo, en realidad, estas fueron derrotadas, perdieron mucha fuerza y Occidente quedó decepcionado.
"Tras el fracaso de la contraofensiva en 2023, las esperanzas occidentales de que Ucrania pudiera ganar se desplomaron y gran parte del tráfico político se ha desviado desde entonces a Oriente Medio", precisa.
El medio subraya que Occidente, temiendo una escalada, no proporcionó a Ucrania el apoyo suficiente para la victoria. La derrota en Kursk, según The Telegraph, simboliza la difícil situación de Ucrania y acerca inevitables negociaciones desde una posición de debilidad.
El 14 de marzo, el presidente de Rusia, Vladímir Putin, destacó que si los militantes ucranianos, que invadieron la región de Kursk, deponían las armas y se entregaban en cautiverio, se les garantizaría la vida y un trato digno, de acuerdo con las normas del derecho internacional y las leyes de Rusia.
Anteriormente, el presidente de EEUU, Donald Trump, mencionó que le había pedido a Putin que perdonara la vida a las fuerzas armadas de Ucrania, las cuales se encontraban completamente cercadas en la región.
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