Con una inversión de 50 millones de reales (9,5 millones de dólares), la planta piloto es capaz de producir 100 kilogramos de hidrógeno al día, que se utilizarán para alimentar tres autobuses y dos vehículos ligeros.
Al asociarse con grandes empresas como Shell Brasil, Raízen y Toyota, la planta piloto promueve la movilidad sostenible en Brasil y abre nuevas oportunidades para descarbonizar las industrias de altas emisiones.
La planta contribuirá al desarrollo de sistemas de propulsión por pilas de combustible para aviones, camiones y autobuses, destacan los expertos.
"El Centro de Investigación e Innovación en Gases de Efecto Invernadero de la USP representa una de las fortalezas que permiten a nuestro estado liderar la transición energética en Brasil", destacó el gobernador del estado de Sao Paulo, Tarcísio de Freitas.
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