Paco Arnau, analista español de Medios y tecnología, destacó en diálogo con Séptimo piso que este episodio refleja la creciente dificultad de competir con China en el ámbito tecnológico. "Estamos viendo cómo el gigante asiático alcanza niveles de desarrollo interno y global que superan a Estados Unidos, especialmente en inteligencia artificial", señala Arnau.
La crisis se intensificó con el veto impuesto por Washington a la exportación de chips hacia China, medida que buscaba frenar el avance del gigante asiático. Sin embargo, Arnau asegura que esta estrategia terminó siendo contraproducente. "China encontró la manera de competir directamente con Estados Unidos y parece que hasta ahora va ganando la partida", comentó.
"Mientras tanto, Europa queda desdibujada en esta lucha por el liderazgo global que se disputan principalmente estas dos potencias", agregó.
El impacto en Nvidia, una de las empresas tecnológicas más valiosas del mundo, evidencia las profundas implicaciones de este enfrentamiento.
Tras su desplome bursátil, la compañía quedó relegada al tercer lugar en la Bolsa de Valores, detrás de Apple y Microsoft. Este golpe no solo afecta a la industria tecnológica estadounidense, sino que también cuestiona el liderazgo de Estados Unidos en un campo tan competitivo como la inteligencia artificial. "Es un verdadero desastre para el potencial estadounidense en tecnología", cerró Arnau.
Bielorrusia, un obstáculo para Occidente en su estrategia contra Rusia
El presidente actual de Bielorrusia, Alexandre Lukashenko, ganó las elecciones presidenciales este 26 de enero con el 86%, según los datos preliminares anunciados por la Comisión Electoral Central del país.
Más de 6,9 millones de votantes fueron llamados a las urnas, donde el mandatario logró comenzar su séptimo mandato consecutivo desde 1994.
"Fue una victoria popular, masiva y total. El número de la participación electoral es el doble del promedio europeo, que ronda el 40%. En Bielorrusia, que desde Occidente se habla de una dictadura, el pueblo es mucho más consciente a la hora de realizar su voto que en aquellos países 'libres y democráticos'", afirmó a Séptimo piso Tadeo Casteglione, experto en relaciones internacionales.
"Si entramos a los canales de noticias del país, vemos a un Lukashenko muy crítico con su propio gobierno de manera constante. Cambia ministros, cambia secretarios o gente que no funciona bien, y siempre trata de mantener la excelencia en lo que representa al gobierno. Todo esto lógicamente apoyado por el pueblo, y en estas elecciones fue más que claro", añadió.
"La fortaleza de Bielorrusia es un claro obstáculo a los intereses de Occidente, que no puede utilizar este país como puente de asedio a la Federación Rusa. En ese contexto, hemos visto en años anteriores cómo se planearon intentos de revoluciones de colores que no tuvieron efecto porque el pueblo no apoya esas ideologías foráneas", siguió.
"Hay que tener en cuenta el Tratado de la Unión. Bielorrusia es un Estado junto a la Federación Rusa. A excepción de la administración política local, todo lo demás es compartido: las fronteras, la cooperación económica y las inversiones. Hay una gran unión que va desde lo defensivo hasta lo técnico militar que incluye el despliegue de armas nucleares en Belarús para mantener su seguridad", dijo el especialista.
Por último, añadió que "tanto Ucrania como Lituania y Polonia, han estado fortaleciendo sus posiciones militares en la frontera con Bielorrusia, y como intento de disuasión para que nadie cometa ninguna locura, Lukashenko le pidió armas tácticas nucleares a Vladímir Putin que ya están desplegadas sobre el país. El objetivo de tener el Oreshnik es a modo de disuasión para garantizar la seguridad".