"El bloque occidental ha dejado de ser un centro del poder único. Ahí están China, la India, Rusia, que es un Estado-civilización, un bloque bastante poderoso de naciones árabes y demás fuerzas. En Eurasia se va formando una nueva arquitectura de seguridad que podrá garantizar la estabilidad tanto en el gran continente euroasiático como a escala global", comentó Narishkin.
El jefe de la inteligencia rusa admitió que la transición a un nuevo orden mundial podría ser un proceso duradero y complejo, que implica ciertos riesgos.
"Pero toca apretar los dientes y avanzar por el camino elegido en aras de los intereses y la seguridad de nuestro Estado, para asegurar el futuro de nuestro país", enfatizó el alto cargo ruso.