"No estamos aquí para lamentar y mucho menos para olvidar. Estamos aquí para celebrar y reforzar la democracia, y para entregar al pueblo brasileño su patrimonio totalmente restaurado", afirmó la primera dama, Janja da Silva, en el acto de entrega de las piezas recuperadas.
Una de las piezas más importantes es el histórico reloj de mesa que perteneció al rey portugués Joao VI. El día de la invasión, las imágenes de las cámaras de seguridad captaron a uno de los bolsonaristas lanzándolo al suelo desde la mesa en la que estaba colocado, provocándole graves daños.
Gracias a un acuerdo de colaboración con la embajada de Suiza, la joyería de ese país, Audemars Piguet, creada en 1875, se hizo cargo del coste de la restauración.
El resto de las obras (sobre todo cuadros, jarrones, pequeñas esculturas y otras piezas ornamentales) fueron restauradas con dinero público, con un coste total de 330.000 dólares.
Entre esas obras destacan un ánfora italiana de cerámica esmaltada que fue quebrada en 180 trozos y el cuadro Mulatas, de Emiliano Di Cavalcanti, que durante los ataques sufrió siete puñaladas.
De frente, la obra aparece ahora totalmente restaurada, pero el equipo de restauradoras decidió dejar las marcas en la parte de detrás, como cicatrices que ayuden a contar la historia y que no se repita, afirmó el director del Instituto de Patrimonio Histórico Nacional, Leonardo Grass.
El gesto recuerda a uno de los más famosos retratos del emperador de Brasil Pedro II, exhibido en el Museo Histórico Nacional, que permanece restaurado, pero mostrando los daños que se le hicieran en su rostro en épocas independentistas.
Tras la entrega de las obras de arte, que vuelven al archivo de la Presidencia, Lula participará en un acto solemne en recuerdo del intento de golpe de Estado del 8 de enero de 2023.
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