Cadbury se encuentra entre las 100 empresas que perdieron el apoyo oficial de la Familia Real, al no tener su garantía Real prolongada por el rey Carlos III. La garantía Real distingue a las marcas que suministran regularmente a la Casa Real durante al menos cinco años, según la publicación.
La pérdida de la condición de proveedor de la empresa se produjo tras su adquisición por la competidora estadounidense Mondelez y las subsiguientes alegaciones de que Cadbury "traicionó su herencia" al introducir nuevas recetas extrañas al tiempo que trasladaba la producción de chocolate al extranjero.
Según la publicación, la reina Victoria concedió por primera vez a Cadbury la garantía Real en 1854, y la difunta reina Isabel II era una "gran admiradora" de la marca, tanto que recibía cajas de chocolate cada Navidad. Sin embargo, en los últimos años, el suministro de productos Cadbury a la Casa Real disminuyó drásticamente.
Además, la publicación confirma que el fabricante internacional de bienes de consumo y productos alimentarios Unilever también fue privado de su garantía Real.