La velocidad del caudal de un río describe la cantidad de agua que fluye por él y se mide en metros cúbicos por segundo o galones por día. Como este método se aplica en un lugar y un momento determinado, los datos son muy limitados.
Por eso, los especialistas desarrollaron un nuevo método, utilizando datos de satélite y modelos informáticos, para captar el caudal en 2,9 millones de puntos fluviales de todo el mundo. El estudio demuestra que el 44% de los mayores ríos, de aguas abajo, experimentaron una disminución en la cantidad de agua que fluye a través de ellos, mientras que el 17% de los ríos más pequeños, de aguas arriba, experimentaron un aumento.
"Algunos de estos ríos están cambiando a un ritmo de entre el 5% y el 10% anual. Son cambios muy, muy rápidos. No teníamos ni idea de lo que eran estos ríos ni de cómo estaban cambiando. Ahora ya lo sabemos", señalan los científicos.
Estos cambios en su conjunto podrían resultar en las alteraciones en los ecosistemas, obstaculizar el desarrollo hidroeléctrico, aumentar el riesgo de inundaciones e incluso provocar mayor escasez de agua dulce, lo que tendría un impacto crítico en el agua potable y el regadío.
Aunque la investigación no pudo precisar las causas y efectos exactos de estos cambios, los científicos saben que esto podría atribuirse en gran medida al cambio climático y a la actividad humana.
13 de diciembre 2024, 09:15 GMT