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Brasil resucita una de sus mayores centrales hidroeléctricas tras superar la sequía histórica

Santo Antonio en el río Madeira, una de las mayores centrales hidroeléctricas de Brasil, hizo frente a una sequía extrema y retomó sus actividades por primera vez desde 2023, reporta 'Reuters'. Esto fue posible gracias a un conjunto de medidas que le permitieron comenzar a operar ante una sequía aún peor y un nivel del río apenas de 0,19 metros.
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De acuerdo con el director de la central, Caio Pompeu Neto, en 2023 "se han aprendido las lecciones" necesarias, entre las cuales destacó cambios en la forma de transmitir la electricidad, así como la creación de un mecanismo para elevar artificialmente el nivel del agua en la parte baja del río.
"En uno de nuestros generadores hay una piedra delante de la máquina. Así que cuando hemos cerrado todas las turbinas y aliviaderos, el agua ha corrido por este canal, chocando contra las piedras y haciendo subir el nivel aguas abajo del embalse", explicó.
Gracias a estas medidas, Santo Antonio —gestionada por la mayor empresa eléctrica de América Latina, Eletrobras— fue capaz de generar unos 400 megavatios (MW) y poner en funcionamiento seis de sus 50 turbinas durante el pico de la sequía, en septiembre-octubre de 2024.
Aunque sigue habiendo problemas debido al bajo nivel del agua en Madeira (5,52 metros frente al nivel histórico de 7 metros en esta época del año), la central está generando 2.000 MW de una capacidad total de 3.568 MW y 29 de las 50 turbinas están operativas, añadió.
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No solo la sequía 'golpeó' la generación de energía en hidroeléctricas de México: ¿Qué ocurrió?
La energía hidroeléctrica es la mayor fuente de electricidad en Brasil, con cerca del 60% de toda la generación eléctrica (muy por encima de la media mundial del 39%), mientras que los combustibles fósiles representan solamente el 9% de la electricidad, informó el portal Oilprice, citando estadísticas del think tank Ember. Esto ha permitido al gigante suramericano romper su dependencia de los hidrocarburos importados.
Sin embargo, en octubre de 2024, los niveles de agua de los ríos de la cuenca del Amazonas cayeron a mínimos históricos debido a la sequía que azotó a gran parte de Suramérica. En consecuencia, el sector hidroeléctrico se vio afectado no solo en Brasil, sino también en Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela.
Las intensas sequías y la reducción de la generación hidroeléctrica obligan a menudo a Brasil a recurrir a un aumento de las importaciones del gas natural licuado para satisfacer la demanda sin comprometer la seguridad energética, observa el medio.
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