La decisión afectará a los fabricantes chinos de chips, que se dedican al desarrollo de la informática de alto rendimiento, a los procesadores gráficos, así como a algunas tecnologías basadas en la inteligencia artificial (IA), indica la publicación. Al mismo tiempo, TSMC no deja de cooperar con las empresas que producen semiconductores para dispositivos móviles. Según los interlocutores del periódico, la decisión tendrá un impacto mínimo en los ingresos de TSMC.
En octubre, TSMC comunicó beneficios récord en el tercer trimestre de 2024. La empresa declaró unos ingresos netos de 10.060 millones de dólares, un 31,2% más que en el trimestre anterior y un 54,2% más que en el periodo correspondiente de 2023. En 2023, TSMC se convirtió por primera vez en el mayor fabricante de semiconductores del mundo por ingresos, superando a Intel y Samsung Electronics.
En octubre de 2022, el Gobierno estadounidense impuso restricciones a la exportación de equipos y componentes para la producción de chips avanzados en China. Un año después, endureció más sus limitaciones a las exportaciones de semiconductores a las compañías de este país asiático. En total, Washington cambió las reglas de venta de transistores de inteligencia artificial a más de 40 países para impedir la reexportación a Pekín.
EEUU también instó a sus socios —Corea del Sur, Japón, los Países Bajos y el Gobierno de Taiwán— a restringir o prohibir la venta de chips a China y a trasladar las instalaciones de producción fuera o lejos de este país asiático, por ejemplo, a Europa o Estados Unidos.
Pekín ha advertido en repetidas ocasiones que, al imponer restricciones al comercio normal, Washington acabará perjudicándose a sí mismo y a otros agentes del mercado.