"Se destacó que el mantenimiento de la paz y la estabilidad en la península de Corea y la eliminación de los riesgos del estallido de un conflicto armado de gran escala pasan por la renuncia de Washington y sus aliados a la confrontación de bloques y a su intención de imponer su orden mundial basado en reglas que provoca la confrontación al estilo de la Guerra Fría", señaló el ministerio en la nota sobre las consultas que celebraron Rudenko y Liu.
Rusia y China, subrayó el comunicado, continuarán la estrecha coordinación y colaboración en la ONU y otras organizaciones para promover el establecimiento de un sistema de seguridad indivisible justo en la península de Corea y en el noreste de Asia.
Los diplomáticos expresaron también su preocupación por la escalada de la tensión en la subregión, por el aumento de la actividad bélica de Estados Unidos y sus aliados, así como la articulación de alianzas militares en detrimento de la seguridad de otros países del noreste asiático.