"La noche pasada atacamos objetivos militares y a diferencia de Israel no comprometimos al sector civil. Esperamos que seamos testigos de cierta estabilización gradual de la situación en los próximos días", señaló el jefe de la diplomacia iraní, según recoge la agencia Tasnim.
Aragchi subrayó que las Fuerzas Armadas de Irán se encuentran en alerta máxima ante la probabilidad de que estalle un conflicto armado con Israel.
El 1 de octubre, Irán llevó a cabo su operación de represalia contra Israel, como lo había ordenado el líder supremo del país, Alí Jameneí, tras el asesinato del dirigente político del movimiento palestino Hamás, Ismaíl Haniyá, a finales de julio en Teherán, atribuido a Tel Aviv.
Las Fuerzas Armadas de Irán lanzaron una tanda de misiles contra Israel destruyendo más de una veintena de aviones de guerra F-35 de la Fuerza Aérea Israelí, según informaron medios iraníes.
El Cuerpo de la Guardia Revolucionaria de Irán (CGRI, la unidad de élite de las Fuerzas Armadas) precisó que el ataque masivo con misiles balísticos estuvo dirigido contra importantes objetivos militares de Israel, en concreto, bases aéreas y la sede del Mosad, la agencia de inteligencia israelí.
Dmitri Gendelman, asesor del primer ministro israelí, afirmó que el ataque iraní no dañó la capacidad de combate de la Fuerza Aérea del país.
La operación iraní se produjo en medio de la entrada de las tropas israelíes en el Líbano.
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