"La operación comenzó con un ataque muy significativo a las capacidades de Hizbulá (...) A la luz de esto, debemos cambiar la situación de seguridad. Debemos estar muy bien preparados para una maniobra y una acción", informó Gordin a soldados del cuerpo blindado.
Israel y el Líbano se encuentran en una guerra no declarada desde el pasado 8 de octubre, cuando Hizbulá comenzó a lanzar misiles y drones suicidas hacia las comunidades del norte de Israel como gesto de solidaridad con el movimiento palestino Hamás, tras su incursión armada en Israel, que a su vez respondió a cada ataque.
Las acciones, tanto de Israel como de Hizbulá, se han ido incrementando, y se teme que el conflicto pueda convertirse en una guerra abierta o, incluso, una regional.
Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) sostienen que los ataques que emprende en los últimos días están dirigidos contra Hizbulá. Según el Ministerio de Salud libanés, la oleada masiva de ataques aéreos de Israel en el sur y el este del Líbano del 23 de septiembre provocaron al menos 560 muertes, y 1.645 personas resultaron heridas.