Estados Unidos intenta consolidar el papel militar del Comando de EEUU en África (AFRICOM) contrarrestando la creciente influencia rusa, por ejemplo en Libia, que sigue sufriendo las consecuencias de un golpe de Estado respaldado por el expresidente Barack Obama, mientras los países del Sahel recurren a Moscú en busca de ayuda para combatir a los grupos yihadistas de la región, comentaron el presidente de la Alianza Negra por la Paz, Ajamu Baraka, y el organizador panafricanista Netfa Freeman.
Baraka recordó la creación del AFRICOM como herramienta para ampliar la influencia estadounidense en África en 2008.
Según sus palabras, ahora Washington finge que le preocupa la desestabilización en África por parte de Rusia y que le preocupa crear unas condiciones en Libia que sean beneficiosas para el pueblo libio.
La lógica de AFRICOM está impulsada por un interés occidental que en este momento de la historia solo busca crear las condiciones de caos que justifiquen su presencia continuada en el continente africano, subraya. A su juicio, esta lucha por conseguirlo se ve interrumpida o desafiada por la presencia de los rusos como socio viable para algunos Estados e incluso de los chinos.
Freeman, a su vez, pone en duda la motivación de Estados Unidos para frenar la influencia de los grupos terroristas en el norte de África, cuya actividad proporciona una justificación continua para la presencia estadounidense. La financiación de los grupos yihadistas de la región suele provenir de monarquías del Golfo aliadas de los estadounidenses, indica.
Históricamente, Washington apoyó a las fuerzas muyahidines en Afganistán para combatir a la Unión Soviética, lo que acabó dando origen al grupo terrorista Al Qaeda (proscrito en Rusia). Estados Unidos también ha respaldado a grupos islamistas en Siria durante su largo esfuerzo dirigido a derrocar al presidente, Bashar Asad.
Utilizaron un representante a través del partido político de Etiopía Frente de Liberación Popular de Tigray para desestabilizar el país, precisa.
Asimismo, los expertos señalan la creciente represión en el país norteamericano junto con sus intentos de mantener la influencia mundial, y la reciente redada del FBI en el domicilio del corresponsal de Sputnik Scott Ritter representa el último intento de las autoridades de intimidar a los críticos nacionales.
Según opinión del experto, el objetivo del Gobierno es acallar las voces para intimidar a la posible oposición, y por eso han reaccionado con tanta violencia ante
las protestas contra el genocidio en los campus universitarios.
"Este es el entorno fascista en el que nos encontramos hoy (...) Así que nos estamos preparando para una mayor represión", resumió Baraka.