"Moscú se ve extremadamente preocupado por la nueva provocación organizada por el ministro de Seguridad Nacional de Israel, Itamar Ben Gvir", indica el comunicado.
Según la Cancillería rusa, "tales pasos irresponsables" contribuyen a la incitación de las tendencias radicales tanto entre los israelíes, como entre los palestinos, e igualmente socavan los esfuerzos internacionales destinados a la desescalada de las hostilidades en la zona del conflicto palestino-israelí.
El 13 de agosto, Ben Gvir, conocido por sus puntos de vista de derecha, instó en la Explanada de las Mezquitas a no viajar a Doha ni a El Cairo para participar en las negociaciones sobre la Franja de Gaza, sino a ir hasta el final en la guerra contra el movimiento palestino Hamás, y también declaró que Israel planea permitir a los judíos rezar en ese sitio.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, rechazó las palabras de Ben Gvir sobre la política de Israel para el Monte del Templo y afirmó que la misma no ha cambiado.
El Ministerio de Exteriores de Egipto calificó la visita del ministro israelí al Monte del Templo como una violación del derecho internacional y del estatus histórico y jurídico de Jerusalén.
A juicio del jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, la intervención de Ben Gvir al lado de la mezquita de Al Aqsa fue una provocación.
El statu quo supone que Israel asume el control sobre la seguridad en el Monte del Templo, mientras que el Waqf, fundación religiosa musulmana, responde por la gestión diaria y el mantenimiento técnico de este lugar.
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