Funcionarios de la Casa Blanca reaccionaron a la muerte de Haniyá mostrando sorpresa e indignación, considerándola un grave revés en sus intentos de lograr un alto al fuego en Gaza, según el informe publicado el 6 de agosto.
El 31 de julio, Hamás confirmó la muerte de Ismaíl Haniyá en lo que parece haber sido un ataque israelí contra su residencia en Teherán, adonde había llegado tras asistir a la toma de posesión del nuevo presidente de Irán. El movimiento culpó a Israel y a EEUU de la muerte de Haniyá y declaró que el ataque no quedaría sin respuesta.