"La decisión del régimen de Volodímir Zelenski de cortar el suministro del petróleo ruso a Hungría y Eslovaquia reafirma la incapacidad de Kiev de alcanzar un acuerdo y muestra su inclinación hacia un chantaje trivial", afirmó Nastasin durante una rueda de prensa.
De acuerdo con el diplomático, a Moscú no le sorprende que una nueva etapa de presión legal contra uno de los suministradores de la empresa rusa Lukoil, cuyo crudo compran Hungría, la República Checa y Eslovaquia, coincidió con varias iniciativas de paz de Budapest, dirigidas a la pronta resolución del conflicto en Ucrania.
Destacó que las restricciones de Ucrania coincidieron también con la negativa de las autoridades de Hungría y Eslovaquia de apoyar silenciosamente unas nuevas sanciones ilegítimas de Bruselas contra Rusia.
Nastasin vinculó dicha política de Kiev a "las señales provenientes de Washington y la UE, que decidieron presionar a los húngaros y eslovacos inconvencibles".
Hungría dejó de recibir el crudo de Lukoil por el oleoducto Druzhba vía Ucrania, según informó el ministro de Exteriores del país, Peter Szijjarto.
El Ministerio de Economía eslovaco también comunicó que la república dejó de recibir petróleo ruso debido a la suspensión de su tránsito por parte de Ucrania, que incluyó a la empresa Lukoil en la lista de sanciones.
El posible suministro de armas japonesas a Ucrania
El 28 de julio, Japón firmó el primer contrato para poder suministrar a EEUU sus misiles para el sistema estadounidense Patriot por un valor de 20 millones de dólares.
El diplomático ruso alertó que los misiles japoneses caerían en las manos de las tropas de Ucrania.
"En el caso de transferir productos aeronáuticos letales de producción japonesa a las Fuerzas Armadas de Ucrania, consideraremos tales acciones de Tokio como inequívocamente hostiles y nos reservamos el derecho a tomar las contramedidas más drásticas, incluso en el contexto de las relaciones bilaterales con Japón", comentó Nastasin durante una rueda de prensa.
El diplomático denunció que el suministro de los misiles japoneses a EEUU viola el acuerdo bilateral de asistencia mutua en materia de defensa, concertado en 1954, que no se extiende a "las armas que se puedan usar con fines ofensivos" y que "no sirvan para garantizar la paz y la seguridad".
Para Nastasin, el posible suministro de los misiles de Japón a Ucrania entrañaría "graves consecuencias negativas para la seguridad mundial".