"La continua agresión y los brutales ataques de Hizbulá están arrastrando a la población libanesa y a todo Oriente Medio a una escalada mayor, mientras que nosotros preferimos resolver las hostilidades sin una guerra a gran escala. Las FDI están totalmente preparadas para cualquier escenario", dijo Hagari en una rueda de prensa.
El alto funcionario agregó que el Ejército de Israel no tolerará "atentados" del movimiento libanés contra ciudadanos israelíes y responde con "ataques precisos" contra los miembros de Hizbulá y la infraestructura del movimiento en el Líbano.
Hagari afirmó que las FDI "tienen el deber" de garantizar el regreso seguro de los residentes del norte de Israel a sus hogares.
En tanto, la ONU dijo estar preocupada por el más reciente ataque de Israel contra el Líbano y llamó a las partes a que eviten una mayor escalada de las tensiones, declaró el portavoz del secretario general del organismo, Stéphane Dujarric.
"Expresamos una grave preocupación por los ataques de las Fuerzas de Defensa de Israel contra los densamente poblados suburbios del sur de Beirut, Líbano, en la noche del 30 de julio, que resultaron en numerosas víctimas civiles (...) pedimos nuevamente ejercer la máxima moderación y exhortamos a todas las partes implicadas a evitar una mayor escalada", dijo Dujarric.
La cadena Al Jadeed, citando al Ministerio de Salud del Líbano, comunicó que al menos 74 civiles resultaron heridos y tres, entre ellos dos menores, murieron a causa del ataque israelí contra Beirut.
El pasado 27 de julio, un cohete lanzado contra el municipio de Majdal Shams, en los Altos del Golán, ocupados por Israel, alcanzó un campo de fútbol, consecuencia de lo cual, 12 menores de 10 a 16 años resultaron muertos y 30 quedaron heridos.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, responsabilizó del ataque a Hizbulá y aseguró que esta milicia chií "lo va a pagar tan caro como nunca".
Las FDI sostienen que el cohete disparado era un Falaq-1 de fabricación iraní con una ojiva que contenía más de 50 kilos de explosivos.
Como represalia, la Fuerza Aérea Israelí atacó en la noche del sábado al domingo depósitos de armas y otros objetivos de Hizbulá en las zonas de Chabriha, Borj El Chmali y Beqaa, Kfarkela, Rab El Thalathine, Jiam y Tayr Harfa.
El 29 de julio por la noche, el Ejército israelí también atacó con artillería pesada 15 localidades del este y el sur del Líbano en las regiones de Baalbek, Bint Jbeil, Marjayún y Tiro, según el canal televisivo Al Manar.
Entretanto, una fuente de alto rango de Hizbulá aseguró a Sputnik que el movimiento no tiene nada que ver con el ataque a Majdal Shams.
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