El FMI y su tensa relación con México: ¿cuáles fueron las secuelas de este vínculo?
19:01 GMT, 30 de julio 2024
Angélica Ferrer
Corresponsal en México
México y el Fondo Monetario Internacional (FMI) han tenido una tórrida relación desde hace varias décadas, en las que, de acuerdo con expertos consultados por Sputnik, las secuelas de las políticas del organismo se reflejaron en distintos ámbitos, especialmente en la sociedad.
Lea en SputnikDurante el actual sexenio, que está encabezado por el presidente, Andrés Manuel López Obrador, el jefe de Estado ha hecho énfasis en el alejamiento con el organismo, al cual ha criticado en varias ocasiones por las políticas que despliegan en las naciones que solicitan sus apoyos, así como sus señalamientos acerca de las acciones que emprende su Administración.
Uno de los roces más recientes entre el organismo y el presidente mexicano ocurrió el 25 de julio de 2024, cuando el político
rechazó la estimación del FMI acerca del nearshoring en la nación latinoamericana, donde indicó que este fenómeno podría no ser aprovechado del todo en el territorio, a pesar de la
creciente inversión de empresas extranjeras.
Los integrantes del "Fondo Monetario Internacional deberían estar ofreciéndonos disculpas por todo el daño que nos causaron en el periodo neoliberal, porque eran los que definían la agenda nacional", acusó en conferencia de prensa.
Para entender mejor lo que ocurrió a lo largo del tiempo y por qué el presidente mexicano tuvo un discurso férreo en la materia, Sputnik te muestra un análisis con los eventos que derivaron en este escenario.
Cercanía desde el siglo XX
De acuerdo con el
artículo Las relaciones de México con el Fondo Monetario Internacional, del economista y doctor en estudios latinoamericanos por la UNAM José Aranda Izguerra, el lazo entre la Administración mexicana y el organismo
inició a finales de la década de 1940, tan solo unos años después del surgimiento de la institución (1944).
Posteriormente, con
Antonio Ortiz Mena, quien fue secretario de Hacienda en México (1958-1970) y uno de los pilares del periodo económico conocido como
desarrollo estabilizador, se firmaron tres pactos con el FMI, esto con el propósito de afianzar la divisa nacional.
"Después de esto empezó la catástrofe financiera con la Administración de Luis Echeverría (1970-1976), cuando la deuda externa del país pasó de 2.700 millones de dólares a 27.000 millones de dólares, proceso que simbólicamente culminó con la estabilidad del tipo de cambio de 12,50 y da inicio a larga marcha de devaluaciones que se inician con el tipo de cambio de 24 pesos por dólar a fines de 1976", señaló el especialista.
Pero ese fue solo el inicio de los problemas. De acuerdo con el doctor en economía por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) Felipe Cruz Díaz, otro punto relevante fue la falta de liquidez que sufrió la nación latinoamericana durante el mandato del expresidente José López Portillo (1976-1982).
"En ese entonces, el tipo de cambio era fijo y el
Banco de México debía mantener un volumen de dólares determinado para poder garantizar la paridad peso-dólar y no se devaluará de forma importante. Frente a eso, el Fondo Monetario lo que hizo fue proveer de liquidez, pero ello traía como consecuencia de que se firmaran las
cartas de intención, en las que los países que se veían beneficiados por estos créditos, tenían que adoptar un determinado esquema de política monetaria", comenta en entrevista para Sputnik.
A partir de la década de 1980, México comenzó su camino a la apertura comercial pero, igualmente, a la privatización de las compañías. Con ello, inició la era neoliberal.
"En nuestro país, lo que se buscaba [con el apoyo del FMI] era disciplina fiscal, recorte del gasto público, una mejor distribución impositiva, es decir, tratar de incrementar la base tributaria, liberar las tasas de interés, un tipo de cambio de libre flotación, liberar los mercados y retirar todas las barreras arancelarias", destaca Cruz Díaz.
Las secuelas para México
Las secuelas de la aplicación de las medidas del FMI en México se hicieron notar casi de inmediato. Una de las más graves, y que hasta la fecha continúa,
es la desigualdad."Cuando el neoliberalismo tuvo su gran esplendor, que fue en 1988, trajo con ello una gran desigualdad (...)
se afectó a la población en su totalidad. Así comenzó a privilegiar la privatización de diversos rubros, como el ejido. También las playas comenzaron a llenarse de grandes hoteles trasnacionales, por ejemplo. Se supone que el modelo prevé que se generen
condiciones para más empleos porque, a mayor inversión, se generaría más producción y con ello, más puestos de trabajo", recuerda Cruz Díaz.
"El gran problema es que el modelo neoliberal se siguió al pie de la letra y de manera pronta, y la economía mexicana no estaba lo suficientemente desarrollada para hacer frente a todos esos cambios, lo que desencadenó una serie de desigualdades", puntualiza.
A estas consecuencias, agrega en una charla para este medio la doctora en economía por la UNAM Adriana Mitani Cruz Cruz, se suma el dinero que México destina al pago de su deuda.
"México es el país que destina un
mayor porcentaje de su gasto público al pago de intereses de la deuda pública presupuestaria [misma que
asciende a más de 13 billones de pesos] que, para este año, representa 3,7% del Producto Interno Bruto (PIB)", precisa.
En este mismo sentido, el profesor de economía del Tecnológico de Monterrey Francisco Rueda menciona en entrevista para Sputnik que no solo México ha tenido severas repercusiones por la relación con el FMI, sino naciones como Argentina que, hasta la fecha y de la mano de su actual jefe de Estado, Javier Milei, sigue recibiendo créditos por parte del organismo.
"Argentina ha tenido múltiples crisis en las últimas décadas, en las que el Fondo Monetario Internacional ha concedido varios préstamos, a cambio de que este país se ajuste a ciertas políticas de desregulación y de privatización (...) Esto ocurre, además de México y Argentina, en otras naciones de América Latina, ya que las políticas [del organismo] se basan en una doctrina fundamentalista, extrema en el libre mercado", apunta.
Cada lineamiento que impone el FMI suele tener diferentes impactos dependiendo la nación, derivado de la situación política de un país, refiere Rueda.
Por ejemplo, en el caso de Estados como Argentina, Chile o Uruguay, las instituciones como el organismo que actualmente encabeza
Kristalina Georgieva o el Banco Mundial
hicieron caso omiso a las dictaduras durante la segunda mitad del siglo XX, esto porque se ciñeron a las políticas que condicionaron a cambio de brindarles apoyos económicos.
Este resultado, de acuerdo con Rueda, quien también maestro en economía por el Colegio de México (Colmex), es parte de un efecto rebote que las naciones suelen tener tras una gran caída económica. "Pero, según el pronóstico del FMI, ni siquiera va a ser suficiente para recuperarse de su retroceso", destaca.
Un parteaguas llamado AMLO
La llegada del mandatario mexicano, Andrés Manuel López Obrador, a la presidencia fue un parteaguas en distintos ámbitos y, entre ellos, destaca la relación con el FMI.
Aunque a lo largo de su Gobierno, que inició en 2018 y terminará en septiembre de este 2024, México ha conservado el lazo con el organismo gracias a las cinco renovaciones de su
Línea de Crédito Flexible (LCF), la cual
mantiene desde 2009 y que actualmente se posiciona en 35.000 millones de dólares, el aspecto discursivo es el que ha tenido algunas tensiones.
En varias ocasiones, el presidente mexicano ha hecho énfasis en las secuelas que dejaron las políticas del FMI en el país latinoamericano, así como el
impedir que la institución dicte cómo llevar a cabo las tareas económicas.
"La política económica de México se define en México; su agenda la definimos los mexicanos. No aceptamos recetas que nos envían desde el extranjero. Respetamos las políticas internacionales, pero la política económica [nacional] está apegada al humanismo y nos ha dado muy buenos resultados", expresó el 2 de julio de 2024.
8 de junio 2023, 01:52 GMT
En este sentido, Díaz Cruz señala que, a pesar de los esfuerzos que se han hecho en materia económica durante este Gobierno, aún hay temas pendientes para apoyar a la sociedad, por lo que es relevante mantener abiertas las posibilidades para mejorar.
"La oportunidad está, pero hay que cuidar el discurso porque esto nos puede arrastrar. En Latinoamérica hay cambios importantes y no se nos deben olvidar tampoco las
elecciones en Estados Unidos donde, dependiendo los resultados, podemos vernos afectados", reflexiona.
Por esta razón, los especialistas coinciden en que, durante el mandato de la virtual presidenta electa de México, Claudia Sheinbaum, que el vínculo con el FMI debe ser cordial y de cooperación, sin aplicar instantáneamente sus reglas, con el fin de evitar una crisis como la vivida en años previos.
"Esto no quiere decir que deba subordinarse. Requiere aprovechar la relación próspera que no es solo buena voluntad, sino que significa un respaldo económico y un fortalecimiento de la confianza de México con el resto del mundo, lo que indudablemente desemboca en inversión, estabilidad cambiaria, buenos lazos comerciales y la posibilidad de acceder a líneas de crédito amplias, en caso de una catástrofe como lo fue la pandemia de COVID-19", concluye Cruz Cruz.
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