La cámara de la tumba de Cerbero, de 2.000 años de antigüedad, con sus vívidos frescos extremadamente bien conservados, fue descubierta el 2023 en Giugliano, cerca de Nápoles.
Gracias a una microcámara, los investigadores pudieron echar un vistazo al interior del sarcófago, revelando los restos de un cuerpo que yacía boca arriba cubierto por un sudario y rodeado de objetos funerarios, entre ellos vasijas de cerámica, recipientes con ungüentos y pequeños objetos para limpiar la piel.
La excepcional conservación del enterramiento se atribuye a las condiciones únicas de la cámara sellada. La tela estaba mineralizada, lo que ofrecía una oportunidad excepcional para realizar análisis detallados. La cuidadosa construcción de la tumba, junto con la presencia de importantes ajuares funerarios, sugiere que el difunto era una figura prominente, posiblemente la cabeza de familia para quien la tumba fue construida.
Cabe destacar que en la parte superior de la tumba, las paredes están decoradas con frescos de diversos colores. Uno de los frescos encontrados representa a un perro de tres cabezas, conocido como Cerbero, que protegía la entrada al mundo de los muertos, de ahí el nombre de tumba de Cerbero.