El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, emprenderá en estos días una gira por el continente asiático, en la que contempla visitas a Laos, Vietnam, Japón, Singapur, Filipinas y Mongolia. La finalidad, según Washington, es reafirmar los lazos con sus "aliados estratégicos" en la zona, en momentos en que crecen las tensiones comerciales y geopolíticas entre Estados Unidos y China.
Otro de los posibles objetivos de Blinken es el fortalecimiento de una
alianza militar con Japón, donde la
OTAN planea
la apertura de una oficina de enlace.Pero los planes podrían ser en realidad más grandes. El subsecretario de Estado estadounidense, Kurt Campbell, dijo a la agencia de noticias surcoreana Yonhap que Washington quería "institucionalizar" a los cuatro socios de la OTAN en el Indo-Pacífico mientras Estados Unidos vuelve a centrar su atención en la región.
Ante esta expansión,
Pekín ha mostrado su descontento, argumentando que
la presencia de la OTAN en Asia-Pacífico podría desestabilizar la región. En ese sentido, un editorial de
Global Times sugiere que este expansionismo es emprendido por la Alianza atlántica para asegurar su supervivencia. En sus palabras, "después del fin de la Guerra Fría, la OTAN era como un actor al borde de la extinción que necesitaba desesperadamente encontrar una nueva 'fuente de energía' para mantener su razón de ser".
Dicha expansión del bloque militar liderado por Washington, dice el medio, "es como trasladar un polvorín inestable de Europa a Asia". Y lo peor, afirma, es que esta estrategia no abonará la seguridad regional e incluso puede desencadenar nuevas tensiones y conflictos.
Según el reporte, la Casa Blanca pretende controlar a sus aliados de Asia a distancia, como en un videojuego de guerra. Esto podría derivar en que algunos países de Asia-Pacífico se conviertan gradualmente en "representantes de las maniobras geopolíticas estadounidenses", añade.
"Esta situación es como un videojuego de multijugador en línea, en el que Estados Unidos es el jugador más poderoso. Está redefiniendo las reglas del juego incorporando el orden de seguridad regional en el
marco de la OTAN. Si no se tiene cuidado, otros jugadores pueden convertirse en herramientas para que Estados Unidos acumule puntos de experiencia", concluye
Global Times.