"No puedo recortar nada más de mi presupuesto", dijo al medio Valeria Venin, una masajista independiente que votó a Milei a sabiendas de que su política económica afectaría sus ingresos.
"Tendré que dejar esta profesión que amo y buscar otro trabajo, no sé cuál sería. No tengo un plan B, nunca lo necesité", añadió.
Por ahora, la mujer de 46 años ha dejado de ahorrar, recortó sus vacaciones y las salidas nocturnas. Además, se vio en la necesidad de adoptar un trabajo como camarera algunos fines de semana y da clases particulares a estudiantes de secundaria. Es decir, ahora necesita tres empleos para compensar la pérdida de clientes debido a la disminución del poder adquisitivo y los ingresos de los argentinos.
"Incluso tuve que renunciar a algo tan simple como ir a la peluquería", compartió la mujer de clase trabajadora.
Fue el 13 de junio cuando el Senado argentino sancionó la polémica Ley de Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos, en una jornada convulsa y plagada de incidentes alrededor del Palacio Legislativo, en el marco de una movilización convocada por movimientos sociales, sindicatos, partidos de izquierda y asambleas barriales.
Meses atrás, en abril, la fuerza laboral informal del país experimentó un aumento salarial de 136% interanual, "casi la mitad del ritmo del aumento del 248% entre el sector privado formal", detalla el medio citando datos oficiales.
"Los salarios en ambos sectores no solo no pueden seguir el ritmo de la inflación del 272%, sino que están exacerbando la disparidad de ingresos en una nación donde el 42% de su población ya vivía en la pobreza el año pasado", dice el artículo.
Además, cuando se ajustan los salarios a la inflación, el "panorama es aún más sombrío", pues "los ingresos de los trabajadores informales, que tienden a ganar salarios más bajos, cayeron un 22% anual en el primer trimestre de este año, frente a una caída del 14% para los trabajadores formales", asegura la nota con base en datos de la consultora Equilibra, con sede en Buenos Aires.
En el caso de Venin, por ejemplo, ella gana unos 600.000 pesos (650 dólares), frente a los 500.000 pesos que ganaba en diciembre, cuando Milei asumió el cargo. Su salario está por encima de la línea de pobreza de Argentina, pero los precios han aumentado más del 100% desde diciembre, mientras que su salario solo ha incrementado 20%.
Con todo, detalla la nota de Bloomberg, la trabajadora informal se mantiene firme en su apoyo a Milei y tiene la esperanza de que el presidente pueda generar los cambios económicos que necesita el país, aunque sabe que, si la economía no se recupera pronto, vendrán más dificultades.
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