"Si no me equivoco, [se trata del] veneno fosgeno", señaló el interlocutor de Sputnik, refiriéndose a una sustancia gaseosa incolora con olor a heno rancio, que tiene un efecto asfixiante.
Una declaración adoptada en la Conferencia de La Haya de 1899 prohíbe utilizar sustancias venenosas con fines militares.
Según la Convención sobre Armas Químicas, el tráfico del fosgeno está sometido a control, y la sustancia solo puede utilizarse para fines no prohibidos por el documento, en particular en la industria química.