"Primero empecé a ayudar a las víctimas en la parte norte del sector, y luego, cuando llegué aquí, continué aquí. Aquí viven unas 2.800 familias en el campamento, y muchas de ellas necesitan la ayuda de un médico", relata Halwein a Sputnik.
"Lo que Halwein está haciendo por los desplazados es una iniciativa maravillosa que merece todo el apoyo posible. Antes de que ella llegara, nos costaba mucho conseguir cualquier tipo de tratamiento. Incluso para el asesoramiento más sencillo, teníamos que hacer un viaje especial. Ahora ahorramos mucho tiempo y esfuerzo", enfatiza Um Musa Asliya, residente en el campo de desplazados.
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