"Hace veinte años, los delitos con armas de fuego eran casi inexistentes aquí. Sin embargo, en 2022, la tasa de homicidios con armas de fuego en la capital, Estocolmo, era alrededor de 25 veces mayor que en Londres", se lee en el artículo.
El texto añade que muchos de los líderes pandilleros provienen de inmigrantes de segunda o tercera generación que viven en la pobreza y se sienten excluidos de la sociedad sueca.
Así, mientras que Estocolmo se ha distinguido por dar la bienvenida a los solicitantes de asilo y por un generoso Estado del bienestar, en la actualidad, sin embargo, figuras de todo el espectro político coinciden en que el país no ha logrado integrar con éxito a los inmigrantes de los lugares conflictivos del mundo.
"Ahora hay consenso en que Suecia ha fracasado en la integración", le dijo al medio el experto en pandillas, Diamant Salih.
Asimismo, señaló el caso de los llamados niños soldados, menores de entre 12 y 13 años, que portan armas automáticas y asesinan por dinero, así como niños de solo nueve años que actúan como vigías en las calles.
"Alemania ha acogido a muchos inmigrantes, pero allí no se oye hablar de niños soldados", dijo Salih.
Pero en Suecia, una tasa elevada de inmigrantes, según el texto, se ha quedado sin empleo, sobre todo en ciudades satélite azotadas por la pobreza, dejándolos con la sensación de estar excluidos.
Ejemplos de lo anterior son la finca Tensta y la vecina Rinkeby, en donde se lleva a cabo una feroz disputa entre bandas rivales sueco-somalíes, los Dödspatrullen (Escuadrón de la muerte) y los Shottaz (los tiradores), que ha dejado ya 10 muertos.
"Las pandillas se criaron en medio de un revoltijo de bloques de apartamentos a un mundo de distancia de las elegantes plazas atestadas de turistas del centro de Estocolmo, a unas diez millas de ellos", dice el reportaje.
Además, la policía sueca asegura que el Escuadrón de la muerte realiza operaciones incluso en el Reino Unido. "Sus padrinos planean el movimiento de drogas desde España a Gran Bretaña y otras naciones europeas".
"Estallan disputas entre pandillas por el tráfico de drogas y, cada vez más, venganzas personales", continúa la nota.
Tan solo en 2023, se registraron 363 tiroteos que se cobraron la vida de 53 personas. Adicionalmente, fueron registradas 149 explosiones en las que personas inocentes murieron o quedaron mutiladas.
En ese contexto, el primer ministro sueco, Ulf Kristersson, pidió al ejército enfrentar a las pandillas, alegando que las "políticas de inmigración irresponsables y la integración fallida nos ha traído hasta aquí".
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