"Hubo una ceguera selectiva de la oposición": ¿por qué Xóchitl Gálvez fracasó tan estrepitosamente?
19:12 GMT, 5 de junio 2024
Rodrigo Duarte
Corresponsal en México
La arrolladora victoria de Claudia Sheinbaum confirmó la debilidad de los partidos tradicionales, que incluso yendo en alianza no alcanzaron el 30% de los votos. Sputnik habló con expertos para analizar los motivos del fracaso de la campaña de Xóchitl Gálvez y cuánto influyó la popularidad de AMLO y el desprestigio del PRI.
Lea en SputnikSi la principal lección que dejaron los comicios celebrados el pasado 2 de junio es la incuestionable fortaleza política de Morena en el tablero político mexicano -el partido fundado por el mandatario Andrés Manuel López Obrador conquistó por segunda vez consecutiva el Ejecutivo, la mayoría en ambas Cámaras del Congreso y obtuvo la gubernatura en siete de los nueve territorios en disputa, incluyendo la capital del país- igualmente significativo fue el paupérrimo resultado obtenido por la alianza opositora.
Pese a nuclear al Revolucionario Institucional (PRI), el Acción Nacional (PAN) y el de la Revolución Democrática (PRD), los tres partidos que hasta hace menos de una década monopolizaban el poder en México, la alianza Fuerza y Corazón por México consiguió apenas 15 millones de votos, la mitad que los obtenidos por
la aspirante morenista Claudia Sheinbaum, que resultó ser la candidata presidencial más votada en la historia electoral mexicana, superando incluso los números obtenidos por el actual mandatario López Obrador.
La coalición, que llevaba como candidato a la ingeniera
Xóchitl Gálvez, senadora panista aunque sin una trayectoria de militancia en el partido, se había esperanzado en las últimas semanas en revertir el escenario de hegemonía morenista, argumentando que la convocatoria de decenas de miles de personas al acto de la Marea Rosa en el Zócalo en
la recta final de la campaña era una señal que los comicios no serían un mero "día de campo" para el oficialismo y que existía un "voto oculto" que beneficiaría a su candidatura.
Sin embargo, la noche de la elección, mientras comenzaban a conocerse los números de las encuestas de salida y los resultados preliminares, quedó claro que si había un voto oculto, era en realidad a favor del partido en el gobierno, cuya candidata presidencial no solo aplastó a la abanderada de la alianza opositora (y al aspirante de
Movimiento Ciudadano, Jorge Álvarez Máynez, que obtuvo un lejano tercer lugar), sino que a lo largo y ancho del país, Morena obtuvo triunfos incluso más holgados que los vaticinados por los sondeos, recuperando algunas de las alcaldías perdidas en la capital del país en las elecciones de 2021 e imponiéndose en estados donde las encuestas auguraban una pelea más cerrada, como Veracruz y Morelos.
Inmediatamente, mientras los dirigentes opositores comenzaban en público a mostrar asombro por la magnitud de la derrota, y las caras largas se multiplicaban en el centro de operaciones de Gálvez durante la noche electoral, comenzó a replicarse la pregunta de cómo es que la oposición podía haber caminado ciegamente hacia un fracaso tan estrepitoso. Sputnik consultó a varios expertos para analizar los motivos de la derrota opositora, cuánto tuvo que ver la popularidad del presidente López Obrador en el resultado y cuál puede ser el futuro de la oposición de aquí en adelante.
"La oposición nunca articuló una propuesta atractiva"
Para el doctor Enrique Gutiérrez, Director del Departamento de Ciencias Sociales y Políticas de la Universidad Iberoamericana, la derrota de
la coalición opositora se explica por varios factores, pero el principal, señala, es que
nunca logró presentar a la sociedad un proyecto político claro o atractivo, más allá de las críticas "incesantes y radicalizadas" al gobierno de López Obrador.
"Gálvez y su campaña nunca pudieron articular cuál era la sociedad que querían, o cómo iban a lograrla. Toda la comunicación giró en torno a lo malo que era el presidente, y en denunciar que su gobierno era autoritario, clientelar, que estaba supuestamente vinculado con la narcocriminalidad, etcétera. Pero nunca explicaron con seriedad cuál era el proyecto de país que ellos tenían. Porque el proyecto de Morena, esté uno de acuerdo o no, se basa en ideas y una narrativa muy clara que el votante entiende perfectamente", dice el experto.
"En cambio, la oposición, no solo en los meses de campaña, sino en todo el sexenio,
se dedicó casi exclusivamente a regañar y menospreciar a quienes votaban por Morena. Y eso es un problema fundamental. Y en política, tienes que
construir una alternativa y explicar por qué es mejor y cómo la vas a lograr, no solo decir que la otra es mala y que ellos son tontos o ciudadanos de segunda categoría por no entenderlo", dice el experto.
"Xóchitl era una buena candidata para la CDMX, pero no para la Presidencia"
En tanto, el politólogo César Morales Oyarvide, egresado de la Universidad de Chicago, dijo a Sputnik que si bien coincide en que la explicación de la derrota opositora es multicausal y que la oposición nunca encontró un mensaje convincente más allá de atacar constantemente a Morena, la mayor desventaja, en su opinión, tenía que ver con la persona que fue seleccionada para liderar la candidatura presidencial, condenando así cualquier chance de triunfo.
"Creo que Gálvez era una buena candidata para la jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, lo que era originalmente el plan suyo y de la coalición, habiendo estado al frente de la alcaldía de Miguel Hidalgo y con un perfil de gestora exitosa. Sin embargo, creo que para una candidatura de la magnitud de una disputa presidencial, Xóchitl no tenía la trayectoria ni tampoco la experiencia suficiente para afrontarla, lo cual quedó claro cuando se la vio cambiar de posturas y solo sintiéndose cómoda cuando antagonizaba con AMLO, que es como saltó a la fama siendo senadora del PAN. Pero como candidata de una elección federal, para empezar, su nivel de conocimiento entre la población no era alto, y sus propuestas, muchas de ellas ligadas a ideas propias de las clases empresariales o acomodadas, no eran atractivas para una mayoría a lo largo del país", señala Morales Oyarvide.
El doctor Enrique Gutiérrez coincide que Gálvez no logró conectar con el electorado a lo largo de la campaña, pero, en su opinión, eso fue más bien resultado del fallido diseño de la alianza y no de la personalidad de la dirigente.
"Cuando tienes que representar a tres partidos, porque su alianza incluye desde posturas muy conservadoras y neoliberales como las del PAN, hasta sectores más izquierdistas como pueden ser los PRD, cualquier chance de exhibir un posicionamiento ideológico se esfuman, porque simplemente tienes que agradar a mucha gente, que piensan cosas totalmente opuestas", dice el analista.
"La fortaleza de López Obrador y Morena fue subestimada"
Otros creen que, más allá de las propias deficiencias de la candidata opositora, el resultado no hubiese variado mucho en caso de que otra persona hubiese sido la elegida. ¿El motivo? La popularidad del presidente López Obrador, en unión con
la fortaleza de la economía mexicana y la gratitud de un amplio sector por
la puesta en marcha del actual gobierno de distintas ayudas sociales, como así también del aumento del salario mínimo.
"Si te fijas bien", señala Demián Bio, internacionalista egresado de la Universidad de Buenos Aires, "los números que obtuvo Sheinbaum, es decir, alrededor del 60% de los votos, coinciden con el nivel de aprobación que exhibe López Obrador en las encuestas. Por lo que se puede deducir que al realizar una campaña tan alineada con los preceptos del líder de Morena, Sheinbaum logró con éxito que se transfieran los votos de AMLO a su propia candidatura, que además estaba claramente avalada por el presidente", explica.
En ese sentido, señala Morales Oyarvide, sorprendió
la visible decepción de los dirigentes de la coalición opositora en la noche electoral cuando empezaron a llegar
los pobres resultados para Gálvez, ya que, a fin de cuentas, estos reflejaban lo que todas las encuestas venían augurando, es decir, un triunfo cómodo de Sheinbaum.
"Creo que hubo sin dudas una ceguera selectiva dentro de la oposición o al menos de sus principales voceros o protagonistas. Esto, a causa de una tendencia a encerrarse en cámaras de eco en donde todas las propuestas del obradorismo son vistas con malos ojos. Estas cosas que uno a veces escucha o ve en ciertas emisiones o redes sociales, 'nadie de mis amigos votan por Morena, ¿cómo puede ser que arrase?'. Entonces esa estrechez de mira hace que tú genuinamente creas que como no son apoyados por tu círculo cercano, muchas veces dictaminado por coincidencias socioeconómicas o ideológicas, nadie en el país votará por ellos", explica.
"La mezcla de partidos disímiles y con mala reputación restó más de lo que sumó"
Cuando en los comicios de medio término, realizados en el 2021, el PAN, PRI y PRD estrenaron la alianza tripartita, muchos críticos y militantes señalaron que la unión de partidos con plataformas tan disímiles y que habían sido férreos adversarios podía confundir a los votantes más que lograr unificarlos. Sin embargo, el sorpresivo triunfo en nueve alcaldías de la capital mexicana, donde Morena había arrasado en las elecciones anteriores y en un territorio que había sido un bastión histórico de la izquierda, hizo creer a la dirigencia que una alianza de estas características podría ser la solución para enfrentar al huracán López Obrador.
Sin embargo,
la mala actuación de Gálvez y las continuas derrotas en elecciones estatales de la coalición, tanto las de este ciclo como durante el año pasado, dan cuenta que esta estrategia ha sido un error, dijeron los expertos.
"Uno de los partidos de esa alianza, el PRI, es sinónimo entre buena parte de la población de corrupción, de desvío de recursos. Entonces, cuando uno de tus integrantes carga con ese descrédito, y la campaña adversaria está todo el tiempo identificándote como el PRIAN, pues ahí tienes un problema", dice Gutiérrez.
"Si a eso le sumamos la poca presencia electoral del PRD, que prácticamente no agregó absolutamente nada en términos de figuras de peso, movilización, o suma de votos, te quedas con un frente conformado básicamente con el PAN, que es una organización cuyo último triunfo presidencial fue hace más de 13 años y que no acabó con los mejores números, además de que actualmente se encuentra en un proceso de grandes peleas internas y sin un liderazgo claro", dice el experto.
Para Morales Oyarvide, el problema no tiene tanto que ver con quiénes son los dirigentes actuales de la oposición, sino que el electorado ha dado suficientes pruebas de que evalúa negativamente a todos
los partidos del régimen de la transición, a causa de
los malos resultados que obtuvieron."Desde mi punto de vista, la oposición sigue sin entender, o querer aceptar, qué significaron las elecciones del 2018, donde sí, se votó a favor de un proyecto liderado por López Obrador, pero también en rechazo de lo que había sido hasta ese momento un sistema político que había generado desigualdad, donde la corrupción era evidente. Si siguen sin entender eso, que cualquier alternativa deberá realizarse por fuera de esas estructuras pasadas y alejadas de esas ideas viejas, la oposición tampoco entenderá el mensaje que enviaron los votantes en las urnas en estas elecciones, y el ciclo perdedor se perpetuará", concluye.
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