El secretario general de la OTAN,
Jens Stoltenberg, dijo al diario
The Economist el 24 de mayo que los países occidentales deberían
levantar sus respectivas prohibiciones a Ucrania de utilizar sus armas dentro de Rusia.
El periódico alegó que
Stoltenberg apuntaba contra la política del presidente estadounidense Joe Biden de
limitar el uso por parte de Ucrania de misiles de largo alcance ATACMS y otras armas dentro de Rusia, excepto Crimea y los nuevos territorios de la nación admitidos en septiembre de 2022.
El 27 de mayo, la Asamblea Parlamentaria (AP) de la OTAN, la entidad interparlamentaria consultiva, aprobó la Declaración 489 que insta a los miembros del bloque a "levantar algunas restricciones" al uso de sus armas por parte del régimen de Kiev contra los "objetivos legítimos" de Rusia.
Según los informes, los representantes de la Asamblea de la OTAN de nueve países no han apoyado la iniciativa. Anteriormente,
Italia y Alemania se pronunciaron en contra de la propuesta que podría conducir al estallido de una gran guerra entre Rusia y la OTAN. La administración Biden tampoco ha otorgado a Ucrania mano libre para usar sus armas contra Rusia.
Sin embargo, corresponde a los estados miembros decidir si autorizan el uso de sus armas por parte de Ucrania contra Rusia, a pesar de los llamados de Stoltenberg o las declaraciones no vinculantes de la Asamblea de la OTAN.
Ritter señaló que "la OTAN como institución no se está preparando para una guerra mayor con Rusia". Se refirió al hecho de que hasta ahora, ha implementado una política para evitar la escalada del conflicto en Ucrania y prevenir una confrontación total con Rusia.
El quid de la cuestión es que los Estados miembros de la OTAN no están preparados para una guerra con Rusia, según Michael Maloof, exanalista senior de políticas de seguridad en la Oficina del Secretario de Defensa de Estados Unidos.
"Creo que veremos (a líderes de) países europeos como (el primer ministro húngaro, Viktor) Orban y otros que probablemente comenzarán a intervenir aquí para decir, ya sabes, ‘ya hemos tenido suficiente de esto’. Creo que Italia ya está empezando a hacer ruido en la misma dirección, así como Alemania, además de Orban", ahondó el exanalista del Pentágono.
Los expertos creen que el apoyo al uso de armas de la OTAN por parte de Ucrania surge de la desesperación de la alianza transatlántica por los continuos fracasos militares del régimen de Kiev.
A principios de mayo, el presidente francés, Emmanuel Macron, dijo a The Economist que París podría desplegar tropas sobre el terreno en Ucrania si se rompen las líneas del frente y Kiev solicita oficialmente dicha asistencia.
Casi al mismo tiempo, el ministro de Asuntos Exteriores del Reino Unido, David Cameron, dijo a Reuters que Gran Bretaña había dado permiso a Kiev para atacar objetivos en territorio ruso con las armas que le había proporcionado.
Moscú ha advertido en repetidas ocasiones al Occidente colectivo sobre las consecuencias de una participación más profunda en el conflicto de Ucrania. Rusia condenó las declaraciones de Macron por considerarlas provocativas y conllevar el riesgo de una mayor escalada.
Respecto a las declaraciones de Cameron, la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, María Zajárova, señaló que el ministro de Asuntos Exteriores británico confirmó de facto que Occidente está librando una guerra contra Rusia utilizando a los ucranianos como representantes.
Reflexionando sobre las declaraciones de Stoltenberg la semana pasada para
The Economist, Zajárova llamó la atención sobre el hecho de que la retórica belicista del jefe de la OTAN se produjo antes de la llamada
conferencia de "paz" sobre Ucrania en Suiza, que defiende la impracticable "fórmula" de Zelenski mientras ignora la posición de Rusia.
"Sí, podrían enviar tropas. Podrían proporcionar cierta asistencia temporal a Ucrania. Pero en realidad, no hay nada que vaya a cambiar el resultado", concluyó el veterano de la CIA.