A poco más de dos meses, la Unión Europea decidió quitar de su lista de dirigentes venezolanos sancionados al presidente del Consejo Nacional Electoral (CNE), Elvis Amoroso, y a tres dirigentes más del organismo, como supuesta señal de reconocimiento a las acciones del organismo hacia unas "elecciones presidenciales inclusivas competitivas", según consignó la agencia AP.
Sin embargo,
la Cancillería de Venezuela repudió la resolución europea, recordando que la UE busca "reiterar la ilegal política de sanciones contra Venezuela, en una nueva muestra de arrogancia neocolonial, ilegal y hostil". A través de un comunicado divulgado por el canciller venezolano, Yvan Gil, el Gobierno de Nicolás Maduro reclamó "
el cese integral e incondicional de las medidas coercitivas unilaterales de la UE, así como todo mecanismo de chantaje que busque interferir en el desarrollo libre y soberano del proceso político venezolano".
En diálogo con Sputnik, el analista internacional venezolano Martín Pulgar sostuvo que, lejos de ser una buena noticia para Venezuela, el "levantamiento selectivo de sanciones" contra el país sudamericano solo apunta a "influir en las elecciones del 28 de julio".
Para Pulgar, tanto Amoroso como los demás funcionarios del CNE, habían sido sancionados "en forma gratuita" por Europa, dado que únicamente estaban "cumpliendo su trabajo, que es garantizar unas elecciones que, a toda prueba, están garantizadas". El analista destacó "las capacidades técnicas" que todo el equipo del CNE ha demostrado de cara a los comicios, en los que, además del presidente Maduro, otros 12 candidatos de la oposición irán en busca del Gobierno.
El analista estimó que el retiro de las sanciones busca presionar al CNE venezolano para asegurar ser invitados a Venezuela como observadores, con tareas lo más amplias posible, de forma de, según imaginan, "tener algún tipo de poder de decisión en el proceso electoral, marcando qué hacer y qué no hacer antes, durante y después de las elecciones".
Pulgar valoró la fuerte respuesta del Gobierno venezolano, rechazando el anuncio al entenderlo como una demostración de la voluntad de presionar sobre el proceso electoral.
"El Gobierno venezolano observa la intencionalidad de este levantamiento selectivo de sanciones. No se entiende por qué es tan selectivo el levantamiento de las sanciones, cuando debería ser mucho más amplio. El pueblo venezolano no tiene por qué pasar por elecciones con ningún tipo de sanciones", sintetizó el experto.
En ese sentido, Pulgar cuestionó por qué se levantaron las sanciones contra el titular y otros funcionarios del CNE y no lo hacen con el "cuerpo gubernamental, sancionado de forma injusta" y con el propio Maduro, que es "uno de los candidatos" de la contienda. El analista recordó que las sanciones contra funcionarios del Gobierno terminan afectando "la movilidad" de Maduro en la campaña.
Para Pulgar, la actitud de la Unión Europea hacia Venezuela ha marcado, en los últimos años, una continuidad en relación con la de EEUU, principal impulsor de las presiones que intentan sacar del Gobierno a Maduro. "La UE juega a los mismos intereses y prácticamente le pide permiso a EEUU para cualquier relacionamiento con Venezuela. No tiene autonomía estratégica y de alguna manera actúa a la sombra de EEUU", sostuvo.
El matiz entre ambos, señaló, tiene más que ver con los diferentes métodos utilizados entre Bruselas y Washington.
Para el analista, la Unión Europea y EEUU son "dos caras de la misma moneda" en relación con Venezuela, sobre quien ejercen un "chantaje en función de los intereses del mundo hegemónico del norte".