El
sistema de reclutamiento en Colombia comienza en los cientos de grupos de
WhatsApp de exmilitares, en los cuales participan miles de soldados profesionales, suboficiales y
oficiales activos y en retiro, donde se ofrecen trabajos legales e ilegales.
Cuando las ofertas son para trabajos legales, llegan de empresas de seguridad privada en Colombia.
En estos últimos casos hay contratos, seguros de vida, vacaciones, pasajes aéreos y muy buenos sueldos, entre 3.000 dólares para un soldado regular con entrenamiento de comando y 12.000 dólares para un oficial con grado de mayor. El proceso para ingresar a las Fuerzas Armadas de Dubái o de los EAU "es extremadamente riguroso", los cupos son limitados y esporádicos.
"La siguiente mejor opción para los exmilitares colombianos es Ucrania, donde se libra un cruento conflicto regular contra el poderoso y bien equipado Ejército ruso", prosigue el reporte.
En Ucrania los salarios son de al menos 3.500 dólares, pero "el riesgo de morir en combate es muy alto, porque los mercenarios son enviados a la primera línea del frente para luchar contra las fuerzas rusas".
Los extranjeros interesados en alistarse en el Ejército ucraniano deben llegar a ese país por sus propios medios a Varsovia, Polonia, con un vuelo que cuesta unos 1.000 dólares.
Las fuentes consultadas por la revista Proceso afirman que, entre los exintegrantes del Ejército colombiano que están viajando a México "contratados" por las organizaciones del narcotráfico, hay francotiradores, instructores de fuerzas especiales, comandos de operaciones urbanas, guías caninos, enfermeros, personal experto en explosivos y pilotos de drones.
Cárteles mexicanos suman a sus filas a especialistas en vuelo de drones y explosivos, quienes dan "apoyo técnico" en el ataque con estas armas a "grupos rivales", dice el anuncio del reportaje publicado en las cuentas de redes sociales del semanario.
La mayoría de militares retirados tienen alrededor de 40 años de edad, tras 20 años de servicio, en plenitud de facultades, fogueados durante combates contra grupos armados irregulares, como guerrillas y narcotraficantes.
Los militares de inteligencia con las que habló el corresponsal de la revista coinciden en que los cárteles mexicanos que más colombianos han reclutado son el de
Sinaloa (CDS), el de
Jalisco Nueva Generación (CJNG), la
Familia Michoacana y los
Caballeros Templarios, las cuatro más poderosas, en ese orden.
El Departamento de Inteligencia y Contrainteligencia Militar del Ejército de Colombia (llamado Cede2) plantea la necesidad de una "investigación de campo sobre el tema y tomar medidas", para prevenir el daño institucional de las actividades ilegales de exmilitares del país sudamericano en el extranjero.
Según uno de los exoficiales del Ejército que ha participado en las labores de reclutamiento para los cárteles mexicanos, hay información de la incorporación a sus estructuras de sicarios de guerrilleros desmovilizados del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y de la desaparecida insurgencia de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Estimaciones conservadoras de asociaciones de militares retirados indican que puede haber unos 5.000 de ellos operando en el exterior, la gran mayoría en actividades legales, y "cientos" de sus colegas trabajando para los cárteles mexicanos, pero otros hablan de "decenas", pero en ascenso.