¿Lastra el ataque de Irán la iniciativa de España en pos del reconocimiento de Palestina en la UE?
07:05 GMT, 16 de abril 2024
Yarisley Urrutia
Corresponsal
La gira de Pedro Sánchez por varias capitales europeas para impulsar un reconocimiento conjunto entre los miembros de la UE que aún no reconocen el Estado palestino logra apoyos en países pequeños y beneficia a su agenda interna. Europa podría diferenciarse de EEUU, pero el ataque iraní no ablandará a Francia y Alemania, explican los analistas.
Lea en SputnikEl presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, continúa su ronda de contactos con diversos líderes europeos para intentar recabar un consenso lo suficientemente amplio para dotar de mayor fuste al reconocimiento del Estado palestino por parte de varios países, que Madrid prevé anunciar antes de que acabe el mes de junio.
España busca conformar un bloque afín a la idea y pretende que el paso sea conjunto en el seno de la UE. Llegado el día, será el
Consejo de Ministros de España el encargado de tomar la decisión, que posteriormente se explicará en el Congreso de los Diputados. Los socialistas españoles defienden desde hace más de una década la solución de "los dos Estados", por lo que en la iniciativa se incluye el requerimiento a los países árabes de
reconocer la existencia de Israel.
El 15 de abril, Pedro Sánchez recibió en Madrid al primer ministro portugués, Luís Montenegro, al que de paso trasladó sus propósitos. Portugal prefiere aguardar a un "ámbito multilateral en el seno de la UE y de Naciones Unidas", declaró Montenegro, pero Noruega, Irlanda, Bélgica y Eslovenia han dado mayores muestras de receptividad a la iniciativa, así como Malta.
En una visita a Oslo en la mañana del 12 de abril, Sánchez contó con el favor de Noruega. En su declaración conjunta, él y su homólogo noruego
Jonas Gahr Store aseguraron "estar listos para reconocer a Palestina como Estado y apoyar su ingreso como miembro de pleno derecho de las Naciones Unidas", si bien también señalaron que lo harán "cuando suponga una contribución genuina y positiva al proceso hacia una paz entre Israel y Palestina".
"El reconocimiento de Palestina es una condición para la aplicación de la solución de los dos Estados, en línea con el plan de partición de la ONU de 1947", declararon Sánchez y Gahr Store.
La posición de Noruega tiene también una carga simbólica; en 1993 se firmaron allí los llamados
Acuerdos de Oslo, el último intento importante de rubricar un
proceso de paz entre Israel y Palestina. El Parlamento noruego ya ha aprobado el reconocimiento del Estado palestino y el país todavía acoge un foro de interlocución entre las partes en conflicto.
En la tarde del mismo día, el presidente español también obtuvo en Dublín el compromiso del nuevo primer ministro irlandés, Simon Harris. "Ambos creemos que el reconocimiento de Palestina es un paso necesario para discutir e implementar la solución de los dos Estados", declaró Sánchez.
La posición de Irlanda es clara. Apenas un mes antes, el antecesor de Harris, Leo Varadkar, explicó a Joe Biden que la empatía del pueblo irlandés por el palestino obedece a un motivo simple. "Vemos nuestra historia en sus ojos. Una historia de desplazamiento y desposesión, de identidad nacional negada y cuestionada, de emigración forzada, discriminación y, ahora, hambruna", le dijo en Washington el 17 de marzo.
Sánchez rinde el 16 y 17 de abril sus dos próximas visitas a Eslovenia y Bélgica. En Liubliana se reunirá con su homólogo
Robert Golob. La buena sintonía está garantizada por cuanto el país balcánico fue uno de los firmantes del
comunicado emitido el 22 de marzo junto Irlanda, España y Malta, mediante el que anunciaron su "disposición a reconocer Palestina". La posición de Malta también es muy clara al respecto, por favorable.
Bélgica, que asume la presidencia semestral de la UE, se ha venido mostrando muy crítica con la violencia con la que se está empleando el ejército israelí en Gaza. Su viceprimera ministra,
Petra De Sutter, reclama la imposición de sanciones contra Tel-Aviv, y su primer ministro,
Alexander De Croo, es uno de los principales aliados europeos de Sánchez en la cuestión palestina, posición que
ambos expresaron en noviembre durante su visita conjunta a Israel y posterior encuentro con Benjamín Netanyahu.
El escollo franco-alemán
Por el momento, ocho países de la UE reconocen al Estado palestino: Bulgaria, Chequia, Eslovaquia, Polonia, Rumanía y Hungría desde 1988, cuando pertenecían al bloque socialista. Chipre ratificó en 2011 su reconocimiento de 1988. Suecia lo hizo en 2014. Más de 130 países han reconocido a Palestina en todo el mundo.
La iniciativa diplomática española atrae a países pequeños o de tamaño medio, mientras que los pesos pesados de la UE, Alemania y Francia, muestran
un alineamiento casi total con Israel. Alemania incluso le surte de armamento. Sus reticencias frente a un hipotético reconocimiento son ostensibles, si bien la postura francesa podría admitir mayor flexibilidad. Pero el
ataque misilístico lanzado por Irán en la noche del 13 y la madrugada del 14 de abril bien puede haber desbaratado la perspectiva de nuevas adhesiones a la iniciativa.
"Después del ataque, Francia y Alemania no van a dejar de apoyar a Israel", asegura a Sputnik Antonio Alonso Marcos, profesor de Relaciones Internacionales en el Centro de Estudios Universitarios (CEU) San Pablo de Madrid, que si bien admite que antes de la acción ofensiva iraní "cabía alguna posibilidad" de hacer progresar un reconocimiento colectivo de Palestina en la UE, "ahora va a ser mucho más difícil".
"Al final –lamenta este especialista–, es una partida de ajedrez en la que unas piezas las juegan los propalestinos y otras los proisraelíes, lo que significa que estás conmigo o estás contra mí. Es una partida excluyente".
El posicionamiento del Gobierno español parece inamovible pese a la acción ofensiva iraní contra Israel. "Hacemos una defensa encendida del reconocimiento", declaró Pedro Sánchez al término de su reunión con el primer ministro de Portugal. Y remarcó la validez de la hoja de ruta elegida. "Los acontecimientos de este fin de semana nos reafirman en lo que decimos desde hace meses", dijo.
De prosperar un reconocimiento conjunto, se podría llegar a una situación en la que Alemania quedara más aislada respecto a esta cuestión en particular y respecto al conflicto en general. Pero es algo sumamente complicado, pues "su población está muy decantada por apoyar a Israel, seguramente debido a su mala conciencia", considera Jaime Ferri, profesor de Ciencia Política en la Universidad Complutense de Madrid (UCM), que en conversación con Sputnik añade que Pedro Sánchez no obstante jugará tal baza, "una oportunidad que en realidad le brinda también el PP y que tiene que aprovechar".
Ferri se refiere al prestigio que todo dirigente puede ganar incursionando en materias de política internacional. "En España todos lo han hecho, desde Felipe González y antes incluso Adolfo Suárez. Ahora Sánchez quiere abanderar determinadas posiciones en la UE, ser su adalid. Y con Palestina tiene una oportunidad que quiere rentabilizar", explica.
A su juicio, el presidente español goza de "buen crédito" en la UE, incluso en "cuestiones controvertidas", como la palestina. "Pero tiene que conseguir el apoyo de algún país grande, como Italia, o si no, de los medianos, los países del Europa del Este", afirma, seguro de que un apoyo italiano convendría a Sánchez "porque Alemania y Francia no se lo van a dar".
Rédito personal, ¿y electoral?
El plan del Gobierno español es acometer el reconocimiento del Estado palestino antes de que acabe el semestre. Se da la circunstancia de que las elecciones al Europarlamento se celebrarán
del 6 al 9 de junio, por lo que, de una manera u otra, es probable que la cuestión se convierta en uno de los temas de la campaña electoral, en especial para el PSOE.
Varios problemas de diversa índole se le acumulan a Sánchez en España, los más vistosos los relacionados con la
aprobación de la ley de amnistía y la propia gobernabilidad del Estado, habida cuenta de la dependencia de los independentistas catalanes para el sostén del Gobierno central. Y para contrarrestar problemas internos, la priorización de la agenda exterior es una salida recurrente. Para Sánchez, además, puede entrañar aspectos claramente positivos.
"De cara a las elecciones europeas, Sánchez podría intentar generar un bloque socialdemócrata de cohesión frente a las posiciones conservadoras que al parecer van a tener un papel predominante en la UE, y también lograr un reforzamiento del papel de la UE frente a EEUU", explica J. Ferri, que subraya que, de avanzar, tal postura "diferenciaría a la UE frente a EEUU, que tanto le cuesta distanciarse de Netanyahu".
Pese a que el ataque de Irán a Israel no augure más apoyos de los previamente pactados y la iniciativa acabe resultando en una posición minoritaria, Sánchez no puede dejar de intentarlo. "Internamente, puede acrecentar sus filas", afirma Ferri, que destaca el hecho de que el líder de la oposición española, Alberto Núñez Feijóo (PP), no ha refutado la iniciativa, lo cual deviene "en una ventana de oportunidad". Para empezar, para señalar las contradicciones en el seno del propio PP, pues el expresidente José María Aznar niega la existencia del Estado palestino.
"Sánchez ha dicho que se pongan de acuerdo en el PP, porque cada uno dice una cosa. Es también provocar a Feijóo para decirle quién manda en su partido: Aznar, Ayuso o usted. Para la política nacional, la iniciativa le viene estratégicamente bien a Sánchez", intuye J. Ferri.
Por otra parte, salta a la vista el contraste entre la promoción de Sánchez del reconocimiento de Palestina y el
viraje de la postura del Gobierno español respecto al Sahara Occidental, territorio pendiente de descolonización para el cual Madrid ahora desea la vía autonómica propuesta por Marruecos. Es decir, ¿Palestina sí, pero el Sáhara Occidental no? En cualquier caso, es una cuestión que la oposición no recriminará a Sánchez, considera este docente universitario.
"La oposición española también está muy subordinada a EEUU, que es quien decidió esa situación para contentar a Marruecos. Sánchez tiene cubierto ese flanco. Dentro del Gobierno de coalición, Sumar no va a hacer conflicto con el asunto. Es una contradicción evidente, pero no va a ser problemática. El Gobierno lo intentará contrarrestar con ayudas del tercer sector, implicando a las ONG, o con una diplomacia de cooperación y desarrollo", concluye Jaime Ferri.
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