"Israel presentó a la ONU una propuesta para desmantelar la UNRWA, su agencia de ayuda en los territorios palestinos, y transferir su personal a una agencia sustituta que realice entregas de alimentos a gran escala a Gaza", informó el medio británico en su edición del domingo 31 de marzo.
En particular, Israel propone trasladar entre 300 y 400 empleados de la UNRWA a otra agencia de la ONU, como el Programa Mundial de Alimentos, o crear una nueva específicamente para manejar la ayuda alimentaria en la Franja de Gaza.
Al mismo tiempo, según el periódico, los trabajadores humanitarios de la ONU consideran que solo la UNRWA cuenta con los recursos y la confianza de los palestinos para suministrar alimentos a la Franja de Gaza, y que un intento de disolver la organización por razones políticas en medio de los bombardeos y la hambruna en el enclave tendría consecuencias desastrosas.
El pasado 26 de enero, las autoridades israelíes proporcionaron información a la UNRWA sobre la presunta participación de parte de sus empleados en los ataques del grupo palestino Hamás a Israel del pasado 7 de octubre.
Ese mismo día, el comisionado general de la agencia, Philippe Lazzarini, anunció que el personal de la agencia sospechoso de estar implicado en el ataque fue despedido y sería juzgado, si se demostraba su culpabilidad.
Sin embargo, Estados Unidos, la Unión Europea, el Reino Unido y unos 15 países más suspendieron la financiación a la UNRWA, pese a que las acusaciones del Gobierno de Israel sobre la supuesta participación de los trabajadores de la agencia fue desmentida por varios medios y organizaciones.
Unas 20 organizaciones humanitarias instaron a mantener la financiación de la UNRWA para "ayudar a los palestinos a sobrevivir una de las peores catástrofes humanitarias de nuestros tiempos", mientras que Israel declaró que insistiría en el cese de la labor de la agencia.
El 7 de octubre, un ataque coordinado por Hamás contra más de 20 comunidades israelíes resultó en aproximadamente 1.200 fallecidos, alrededor de 5.500 heridos, y la captura de 253 rehenes, de los cuales cerca de 100 fueron posteriormente liberados en intercambios de prisioneros.
En represalia, Israel lanzó una declaración de guerra contra Hamás y emprendió una serie de bombardeos sobre Gaza, que han dejado hasta el momento más de 32.780 palestinos muertos y casi 75.300 heridos.
Rusia y otros países instan a Israel y Hamás a pactar un alto el fuego y abogan por una solución de dos Estados, aprobada por la ONU en 1947, como la única vía posible para lograr una paz duradera en la región.
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